Saltar al contenido principal
Sermón de TV

Valentía para perseverar

¿Cómo podemos tener la valentía de no darnos por vencidos ni siquiera cuando nos enfrentamos a los mismos problemas una y otra vez?

31 de agosto de 2024

A menudo nos sentimos tentados a darnos por vencidos cuando estamos en medio de circunstancias difíciles, pero rendirse no es coherente con quienes somos como seguidores de Jesucristo. En este mensaje, el Dr. Stanley nos habla de cómo el apóstol Pablo es un ejemplo perfecto de alguien que nunca se rindió a pesar de las dificultades y penurias persistentes.

Bosquejo del Sermón

Todos en algún momento necesitamos ser exhortados, sobre todo cuando las dificultades de la vida nos agobian. Por eso, debemos recordar la perseverancia que el apóstol Pablo tuvo para continuar con la obra del Señor. En el mensaje de esta semana, el Dr. Stanley explica cómo esa fortaleza también está a nuestra disposición.

Pasaje clave: 2 Timoteo 4.1-8

Lecturas de apoyo: Salmo 32.8; Proverbios 3.5, 6; Hechos 13.47; 2 Corintios 11.22-27; Gálatas 6.14; Filipenses 1.12, 21; 4.13

¿Cómo reacciona ante situaciones dolorosas? Aunque nos sintamos tentados a rendirnos y a retroceder, debemos recordar que, como hijos de Dios, hemos sido llamados a ser pacientes.

“Si está a punto de darse por vencido en su matrimonio, empleo, crianza de sus hijos, o situación financiera, pregúntese: ‘¿Rendirme concuerda con quien soy en Cristo?’”.

Si Dios nos ha llamado para que hagamos algo…

  • No es el momento para rendirnos y retroceder.

  • Existe una respuesta o solución para lo que el Señor desea hacer.

  • Continuar hasta que nos encomiende otra misión.

¿Que motivaba a Pablo a seguir adelante?

  1. El reconocimiento de la presencia de Dios.

    • Pablo tuvo muchos problemas y sufrimientos (2 Co 11.23-27).

    • Aunque los tiempos sean difíciles, debemos creer y reconocer que el Señor está con nosotros (He 13.5). Si dudamos de Dios, nuestra fortaleza se desvanecerá.

  2. La experiencia de la fortaleza de Dios.

    • Cuando nos sentimos débiles es cuando más deseamos rendirnos. Por eso, Cristo nos dio el Espíritu Santo.

    • Contamos con la misma fortaleza que Pablo tenía, pues tenemos el poder de Dios.

  3. La seguridad de la voluntad de Dios.

    • Pablo sabía que el Señor le había enviado a predicar el evangelio.

    • Para desear “proseguir adelante”, debemos recordar que, hacemos lo que Dios nos ha ordenado (Sal 32.8; Pr 3.5, 6).

  4. El gozo abundante de ser obedientes.

    • El apóstol Pablo pudo regocijarse, pues sabía que estaba dentro de la voluntad de Dios (vea Fil 4.4).

    • Nuestro Padre celestial desea lo mejor para sus hijos, y usará todo para nuestro bien.

  5. Las lecciones transformadoras de Dios.

    • Lo que Pablo experimentó al sufrir lo ayudó a escribir gran parte del Nuevo Testamento.

    • En vez de rendirnos, podemos reflexionar acerca de cómo compartir lo que sabemos que puede ayudar a otros.

  6. La recompensa que Dios nos ha prometido.

    • Instruir a nuestros hijos, trabajar con ahínco, compartir nuestra fe y ofrendar para la obra es lo que agrada a nuestro Padre celestial.

    • Nunca existirá una razón válida para que los creyentes en Cristo se rindan en relación a algo que Dios les ha encomendado.

  7. La visión de la cruz siempre delante de nosotros.

    • Pablo atribuía todo lo que tenía al sacrificio de Cristo (Ga 6.14).

    • Dios no ignora nuestra obediencia y deseo de “proseguir adelante”.

  8. Nuestro amor y devoción a Jesucristo.

    • Pablo declaró que, para él, vivir consiste en que Cristo viva en y por medio de él (Fil 1.21).

    • Que cuando las personas nos conozcan, puedan ver a Cristo por medio de nuestra vida.

Los tiempos difíciles nos exigen vivir con valentía.

  • No podemos rendirnos. En vez de eso, debemos creer que Dios hará aquello que ha dicho.

  • Podemos orar: “Señor, voy a confiar en que cumplirás cada una de tus promesas. Estoy convencido de que siempre dices la verdad”.

Después de ver el sermón

  • Lea en voz alta Salmo 28.7; Isaías 40.29, o 2 Tesalonicenses 3.3 cuando se sienta débil, y reflexione en la fortaleza que tenemos en Jesucristo.

  • ¿Qué lecciones ha aprendido acerca de Dios por medio del sufrimiento? Anímese al reflexionar en esa verdad.

Explorar Otros Sermones