Para un seguidor de Cristo, entregar nuestra vida por completo a Él significa victoria sobre todo lo que obstaculiza nuestra vida de fe. En este mensaje, el Dr. Stanley explora lo que significa pedirle al Señor que haga su voluntad en nuestras vidas y nos anima a renunciar a todo lo que Dios dice que no es bueno para nosotros.
Bosquejo del Sermón
Para tener una vida bendecida en Cristo, debemos rendirlo todo ante su presencia, aunque no siempre es fácil darle todo el control. En el mensaje de hoy, el Dr. Stanley nos ayuda con la resistencia que podemos mostrar ante el absoluto señorío de nuestro Salvador.
Pasaje clave: Lucas 22.39-42
Lecturas de apoyo: 2 Corintios 5.8
Ser salvos y vivir una vida de sumisión son dos aspectos diferentes. Después de ser salvos, nuestra fe creciente nos permitirá de manera paulatina ceder más control de nuestra vida a Cristo. ¿Usted puede afirmar que en verdad se ha rendido ante el Hijo de Dios?
► “La frase ‘me rindo’ demanda una acción. Requiere que hagamos algo”.
Una vida de entrega…
Es abierta y sincera.
Confía en la Palabra de Dios.
Reconoce que el sacrificio de Cristo por nuestros pecados fue suficiente.
Cree que Dios tiene un propósito específico para nuestra vida.
Acepta que Dios merece que nos rindamos por completo a Él.
Renuncia a cualquier actitud, oferta o deseo que el Señor demande.
No es fácil.
Fue ejemplificada por Cristo en el huerto de Getsemaní (Lc 22.39-42).
Significa una victoria absoluta para los seguidores de Jesucristo.
¿Qué debemos entregar?
Jesucristo entregó su voluntad antes de la crucifixión (Lc 22.42).
Debemos preguntarnos cuándo fue la última vez que oramos de esa manera.
► “Muchos no pueden avanzar en su vida cristiana porque nunca se han entregado por completo a Dios”.
¿A qué seguimos aferrándonos?
Dios nos mostrará a que debemos renunciar.
Debemos entregar a Dios cada área de nuestra vida.
El Señor puede identificar algo que, a pesar de no ser un pecado, no es parte de su voluntad para nosotros.
“Entrega” significa que estamos dispuestos a confesar, arrepentirnos y ceder aquello que Dios nos pida.
¿Podemos decir con franqueza que queremos una vida de entrega total?
Es la evidencia del discipulado y la respuesta correcta al señorío de Cristo.
¿Qué sucedería si nos entregáramos a Dios sin condiciones?
Veríamos cambios en nuestra vida de oración, conversaciones, dádivas y en nuestro interés en que otros conozcan a Cristo.
► “‘Envíame a donde deseas que vaya. Toma lo que deseas tomar.’ Eso es una entrega total”.
¿Qué impide nuestra entrega total?
Muchos temen que enfrentarán dolor o pérdida como consecuencia de lo que Dios requiere. Sin embargo, el deseo del Señor es bendecir a sus hijos, aunque eso quizás suponga pruebas para que lleguemos a ser lo que Él desea.
¿Qué cambios debemos hacer?
Considere lo que le podría costar una entrega total.
En realidad, solo importa nuestra relación con Jesucristo.
Es al dar nuestro último respiro que la importancia de nuestra sumisión se hará evidente (Lea 1 Co 13.12; 2 Co 5.8).
Podemos depender y confiar por completo en Dios y en su bondad cuando vivimos en sumisión a su voluntad.
Después de ver el sermón
El Dr. Stanley señaló que la rendición se practica con regularidad. Dedique tiempo esta semana a reflexionar en cuanto a los hábitos o deseos que deba entregar al Señor.
Lea los relatos del huerto de Getsemaní en Mateo 26.36-46 y Lucas 22.39-46. Ambos muestran la clara aflicción del Señor Jesús, así como su obediencia. Medite en lo que Él entregó por usted y agradézcale.