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Sermón de TV

Una iglesia firme

¿Está usted comprometido con amar a Dios y servir a la gente en su nombre?

1 de octubre de 2022

La iglesia no es un edificio, sino vidas comprometidas a amar a Dios y servir a las personas en su nombre. Cristo dijo que Él edificaría su iglesia y que nada podrá destruirla.
En este mensaje, el Dr. Stanley resalta las características de una iglesia firme, y lo que podemos hacer para que nuestra iglesia local sea fortalecida. Las iglesias deben tener una visión que vaya más allá de sus puertas. Necesitan anunciar el evangelio en sus comunidades y en todo el mundo.

Bosquejo del Sermón

UNA IGLESIA FIRME
PASAJE CLAVE:
Mateo 16.13-20
LECTURAS DE APOYO: Malaquías 3.10 | Mateo 16.23 | Mateo 28.19, 20 | Lucas 9.12-17 | Juan 11.25, 26 | Hechos 1.4-8 | Hechos 2.44, 45 | Romanos 1.17 | Romanos 12.6-8 | Gálatas 2.11-16 | Gálatas 3.11 | Gálatas 5.22, 23 | Hebreos 10.25, 38
INTRODUCCIÓN

¿Qué hace que una iglesia sea firme?

No podemos medir la firmeza de una iglesia con tan solo observar el tamaño del templo o de la congregación que ahí se reúne. La única manera de responder a esta pregunta es descubriendo lo que Cristo nos dice que es esencial para su Iglesia. Después de todo, es Él quien la edifica (Mt 16.18). Cuando le preguntó a sus discípulos quienes creían ellos que Él era, Pedro le respondió casi inmediatamente: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16.16). Es sobre esta confesión de fe que Cristo edifica su Iglesia. Si esta verdad fuera removida, su cimiento sería quitado, y solo vendría a ser una institución más.
Cristo es también quien guarda, protege y le da el crecimiento a la Iglesia. Como es omnipotente, las fuerzas del mal no podrán destruirla. Aunque la Iglesia ha sido perseguida a lo largo de la historia, las puertas del Hades nunca han prevalecido contra ella (Mt 16.18). Ni aun la muerte puede detenerla, pues la sangre derramada por los mártires la fortalece más. El Cuerpo de Cristo cumple su propósito bajo la autoridad de Dios. Él es quien guía los eventos y las circunstancias, de acuerdo a su voluntad.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Como Cuerpo de Cristo, debemos saber que entre las características de una iglesia firme están las siguientes:

  • Un liderazgo lleno del Espíritu Santo: Cuando el Señor le dio a sus seguidores la misión de hacer discípulos a todas las naciones, sabía que no estaban equipados para esa labor. Por eso les dijo que se quedaran en Jerusalén hasta que fuesen bautizados y llenos del Espíritu Santo. De igual manera, ningún líder de la Iglesia puede realizar la labor a la que el Señor le ha llamado, a no ser que sea lleno del Espíritu Santo. Él nos da dirección, fortaleza y la capacidad para cumplir su propósito.
  • Mensajes con sana doctrina que satisfagan las necesidades de las personas: Esto significa que la iglesia cree aquello que proviene solo de la Biblia, y que no enseña una doctrina basada en lo que otros piensan o creen. Esto no quiere decir que tenemos que estar de acuerdo con la interpretación de cada pasaje, pero sí debemos aceptar las verdades que se nos enseñan claramente.
  • Convicciones firmes: Las iglesias firmes son aquellas que están formadas por personas que no comprometen sus creencias. No tienen temor de ir en contra de la opinión pública con tal de mantenerse firmes en la Palabra de Dios.
  • Énfasis en la oración y la fe: Cuando una iglesia está formada por personas llenas de fe y comprometidas a la oración, el Espíritu Santo obra por medio de ellas y fortalece a la congregación. Por eso necesitamos cultivar el hábito de leer la Biblia y orar al comenzar cada día. Durante ese tiempo a solas con el Señor nuestro compañerismo personal con Él se fortalece. Por medio de ese tiempo nos da entendimiento de su Palabra y nos guía para que sepamos qué hacer cada día. Aprenderemos a caminar con fe al creer lo que nos declara en su Palabra. Sin embargo, si descuidamos nuestra relación con el Señor, nos alejaremos de su voluntad.
  • Servicios de alabanzas que nos permiten reconocer la presencia de Dios y ser renovados en el compromiso que hemos hecho de ser obedientes y servirle: El servicio dominical es un tiempo para que nos reunamos con otros creyentes y pongamos nuestra atención en el Señor y su Palabra. En una iglesia firme las enseñanzas, oraciones y alabanzas exaltan y honran a Dios. Los adoradores se reúnen con una actitud de oración y humildad, preparados para escuchar lo que el Señor desea decirles. Es un tiempo especial, pues adoramos a Dios junto a otros creyentes. Nuestro Padre celestial no desea que estemos solos, sino que seamos interdependientes. El texto de Hebreos 10.25 nos advierte que no debemos dejar de congregarnos.
  • Dadores fieles y generosos: Una iglesia firme no solo adora a Dios con palabras y alabanzas, sino también con sus recursos financieros. De hecho, todos aquellos que han sido escogidos para seguir a Cristo, vienen a ser dadores, pues el Espíritu Santo que mora en ellos los motiva a ser generosos. Cuando escuchamos la Palabra de Dios y creemos en ella, comprendemos que es un privilegio contribuir a la obra de la iglesia y ofrecer las primicias de lo que nos ha dado.
  • Estratégicamente organizados para alcanzar las metas que Dios ha dado: La obra de la iglesia no se realiza de manera accidental, o en una atmósfera caótica. Se requiere de planificación y orden para alcanzar de manera efectiva la voluntad de Dios. Aun la primera iglesia demostró estar organizada. Aunque más de tres mil nuevos miembros fueron añadidos en un día, Hechos 2.44, 45 nos dice que trataban de suplir las necesidades de todos. Y es precisamente esa organización la que nos permite servir y adorar a Dios de la manera que le agrada.
  • Llena de personas que usan sus dones espirituales para servir: Dios ha dado dones espirituales al cristiano para que sirva en el Cuerpo de Cristo (Ro 12.6-8). Cuando servimos en el área relacionada con nuestro don, la iglesia se fortalece, pues sus necesidades son suplidas. De manera que necesitamos descubrir los dones que el Señor nos ha dado y comenzar a usarlos para cumplir con el propósito que tiene para nosotros.
  • Amor genuino: El amor es lo que une a la iglesia. Este es un amor que proviene de Dios y no de nosotros mismos. Debemos orar para que el Señor ame a los demás por medio nuestro, en lugar de tratar de amar con nuestras propias fuerzas.
  • Visión por el mundo perdido: Jesucristo le dio a la Iglesia la misión de llevar el evangelio a todo el mundo. Cuando vivimos comprometidos a esta labor, el Señor abre puertas de oportunidades para que podamos cumplir su voluntad.

REFLEXIÓN

El Cuerpo de Cristo está compuesto de creyentes que contribuyen a que una iglesia sea firme. De manera que, es necesario que consideremos nuestro rol dentro de ella al hacernos las siguientes preguntas:

  • ¿Qué estoy haciendo para ayudar a que mi iglesia sea firme?
  • Si otros imitan mi ejemplo, ¿continuará la iglesia siendo firme y fructífera para el engrandecimiento del reino de Dios?

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