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Sermón de TV

Una familia firme

Considere la posibilidad de hacer una promesa de amor y devoción mutua en su propia familia.

8 de octubre de 2022

Aunque Dios creó la familia, no hay familias perfectas. Es muy difícil cultivar una familia firme en la sociedad actual, pues exige esfuerzo y dedicación. Una familia firme es aquella en la que sus miembros están unidos por una promesa de amor y fidelidad mutua. En este mensaje, el Dr. Stanley describe las características que definen a una familia firme, y nos enseña cómo podemos mantener relaciones sólidas, aunque la familia se haya fracturado.

Bosquejo del Sermón

UNA FAMILIA FIRME
PASAJE CLAVE:
Deuteronomio 6.1-12
LECTURAS DE APOYO: Salmo 32.8
INTRODUCCIÓN
Fue Dios quien instituyó la familia y su deseo es que se mantenga firme y saludable.
No obstante, a lo largo de la historia, la familia ha sufrido conflictos y rupturas. El hijo mayor de Adán y Eva asesinó a su hermano; Abraham y Sara cometieron un grave error al introducir a Agar en su matrimonio; y la familia de David se vio envuelta en adulterio, engaño, violación y asesinato. Lamentablemente, no ha habido mucho cambio con el paso del tiempo. Pero a pesar de lo triste de la situación, tenemos esperanza, pues el Señor nos ha dado los pasos que debemos seguir para fortalecer nuestra familia. Deuteronomio 6.3-9 es la prescripción de Dios para tener una familia firme. En primer lugar, debemos amar al Señor con todo nuestro corazón, alma y fuerzas. Y en segundo lugar, tenemos que enseñar su Palabra a nuestros hijos. Estos dos requisitos son la base de una familia firme. Pareciera algo sencillo, pero conlleva esfuerzo.
DESARROLLO DEL SERMÓN

Aunque sus hijos ya sean mayores, o su familia esté fracturada, nunca es demasiado tarde.

Cuando su relación con el Señor sea su máxima prioridad, no solo influenciará a sus hijos, sino también a las generaciones futuras. El deseo de nuestro Padre celestial es que tengamos una familia firme y amorosa.
Una familia firme se caracteriza por

  • Padres que agradan a Dios. El elemento más poderoso en la familia es que los padres amen al Señor y que vivan en devoción a Él.
  • Padres que dan buen ejemplo. Los niños se fijan más en lo que sus padres hacen que en lo que dicen. Es por eso que las acciones de los padres deben ir de acuerdo a lo que enseñan.
  • Padres que escuchan. Los hijos desean ser escuchados, por tanto, si no se les demuestra interés se sentirán poco importantes.
  • Padres que disciplinan sin rechazar. Los padres no deben disciplinar a sus hijos cuando están enojados. Primero, deben permitir que Dios controle sus sentimientos, luego explicarle a los hijos las consecuencias de su mal comportamiento, y finalmente, disciplinarlos de tal manera que no se sientan rechazados.
  • Padres que se aman. Cuando los niños ven expresiones de amor entre sus padres, se sienten más seguros.
  • Padres que no tienen favoritos. Si uno de los padres demuestra favoritismo por uno de sus hijos, los demás sentirán que no les aman.
  • Padres que reconocen sus errores. Puesto que no existen padres perfectos, se pueden usar los fracasos para enseñar a los hijos. Cuando los padres admiten que han cometido algún error, ayudan a sus hijos a ser sinceros con ellos.
  • Orar en familia. Aunque es cierto que algunos motivos de oración son privados, la mayoría pueden ser compartidos en familia. No necesariamente tiene que ser una rutina diaria, pero al menos una vez a la semana deben reunirse como familia y orar juntos.
  • Leer la Biblia en familia. No existe nada más importante que compartir la Palabra de Dios con nuestra familia. Esta es una responsabilidad que el Señor ha dado a los padres y no a los maestros o líderes de la iglesia; y debe comenzar mientras los niños son aún pequeños.
  • Asistir al templo en familia. Es importante que los padres den el ejemplo al asistir al templo. Y si los hijos ya son lo suficientemente mayores, deben asistir al servicio de adoración para que alaben al Señor juntos.
  • Animar a los hijos a tener tiempo devocional. Los niños necesitan desarrollar el hábito de leer la Biblia. De manera que si no pueden comprender algún pasaje en específico, deben acudir a los padres con sus preguntas.
  • Enseñar a los hijos a administrar el dinero. Hay que comenzar enseñándoles a dar, a ahorrar y a gastar debidamente. El ejemplo bíblico del diezmo es un buen lugar para comenzar a inculcarles la responsabilidad de dar al Señor.
  • Desaprobar la crítica destructiva dentro de la familia. Las discusiones y argumentos no deben ser ocasiones para palabras hirientes. En vez de dar lugar a la disputa, hay que dedicar tiempo para buscar la perspectiva de Dios en su Palabra en relación con la manera en la que a Él le agrada que actúen sus hijos.
  • Compartir los problemas, desilusiones y dificultades. Cuando los hijos alcanzan edad suficiente, los padres deben contarles algunos de los problemas, para que puedan ver la manera en la que Dios obra. Como resultado comenzarán a compartir sus problemas con usted.
  • No evitar las preguntas difíciles. Cuando los hijos hagan preguntas complicadas, los padres deberán dedicar tiempo para ayudarles a encontrar la respuesta. En los años de adolescencia, se les debe aconsejar relacionarse con adultos de confianza que puedan darles consejos que sean del agrado de Dios.
  • Edificar convicciones bíblicas que sirvan de guía. Si bien, los hijos necesitan conocer las creencias de los padres, formaran sus convicciones al observar el ejemplo que reciban.
  • Dedicar tiempo a sus hijos. Como a los niños les gusta estar con sus padres, estos deben planificar actividades familiares que puedan disfrutar juntos. De esa manera, aunque los hijos sean mayores, siempre conservarán recuerdos agradables de la infancia.
  • Padres dispuesto a pedir perdón. Hay que darle la oportunidad a los hijos de decir si han sido heridos en alguna ocasión por sus propios padres, y de ser así, los padres deben pedir perdón.
  • Apoyar a los hijos imparcialmente. Las riñas entre hermanos son inevitables, pero estas deben ser manejadas con equidad. Ponerse de parte de uno, hará que el otro se sienta traicionado por usted.
  • Padres honestos. El engaño de los padres enseña a los hijos a desconfiar, tanto de ellos como de otras personas.
  • Ser un lugar de refugio para sus miembros. Cuando un miembro de la familia está herido, se le debe ofrecer ayuda y permanecer a su lado.

El papel de los hijos en una familia firme

Cuando las acciones de un hijo traen como consecuencia el conflicto y el dolor, este tiene la responsabilidad de pedir perdón y de tratar de enmendar su error. De esa manera honrará a sus padres.
El papel de los abuelos en una familia firme

Los abuelos pueden llegar a tener mucha influencia positiva en la vida de sus nietos si están disponibles y dispuestos a dedicar tiempo para escucharlos.

REFLEXIÓN

  • ¿Qué está haciendo usted para convertirse en un buen ejemplo para su familia?
  • ¿Hay algún aspecto de su vida que pueda mejorar para mantener a los miembros de su familia enfocados en los planes que Dios tiene para ellos?

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