Estamos viviendo uno de los períodos más peligrosos de la historia. Cada día vemos más crímenes y corrupción, y los efectos de un creciente odio hacia lo relacionado con Dios. Pero gracias a las fieles promesas de nuestro Señor, siempre hay esperanza.
El Dr. Stanley nos recuerda que solo al buscar a Dios, alejarnos de nuestro pecado y someternos a su voluntad, nuestra nación —y nuestro mundo— serán libres. Mientras pasamos tiempo con el Señor cada día, debemos recordar orar con pasión y perseverancia por nuestras iglesias, los líderes de nuestro país y los desafíos que enfrenta nuestra nación. Y recordemos dar gracias a nuestro Padre celestial por su amor y su voluntad de sanar nuestra tierra.
Este mensaje fue grabado antes de la crisis de COVID-19. Para proteger a nuestro personal y a la comunidad, estamos siguiendo las pautas de seguridad y practicando el distanciamiento social. Apreciamos su comprensión.
Bosquejo del Sermón
UN LLAMADO A LA ORACIÓN
PASAJE CLAVE: 2 Crónicas 7.11-15
LECTURA DE APOYO: Salmo 34.4, 17-19 | Proverbios 16.18 | Isaías 40.8
INTRODUCCIÓN
Vivimos en uno de los períodos más peligrosos de la historia de la humanidad.
Lo vemos a diario. En todas partes del mundo el crimen ha aumentado, la corrupción pasa desapercibida y crece el odio hacia todo lo relacionado con Dios. Con cada año que pasa, el entretenimiento se vuelve más perturbador, y a su vez la inmoralidad sexual avanza con desenfreno. En muchos lugares, los creyentes en Cristo son perseguidos y enfrentan la posibilidad de morir a causa de su fe. La nación de Israel enfrenta oposición por todos lados. Y aquí se libra una batalla por el alma de nuestro país.
Felizmente, Dios nos promete en su Palabra: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra…y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre” (2 Cr 7.14, 16).
Por tanto, unámonos en oración, para buscar la ayuda del Señor durante estos tiempos de crisis espiritual.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Preparación personal
Al suplicarle al Señor que cambie los corazones de las personas a lo largo y ancho de nuestro país y del mundo entero, comencemos con nosotros:
- Confiese y arrepiéntase de cualquier pecado que reconozca.
- Pida fortaleza para obedecer a Dios, sin importar las consecuencias.
- Clame por oportunidades para alcanzar a otros en amor y bondad.
- Agradezca a Dios por contestar las oraciones de su pueblo.
Líderes y oficiales electos
Pídale al Señor que abra los ojos de nuestros conciudadanos, sobre todo los de nuestros líderes, para que puedan reconocer lo mucho que lo necesitan. Ore para que aquellos que tienen una posición prominente puedan:
- Acudir a Dios en búsqueda de sabiduría.
- Estar dispuestos a dejar a un lado sus ambiciones personales, cuando sus motivaciones no van de acuerdo con lo que es mejor para nuestro país.
- Oponerse a las destructivas tendencias humanistas y ateístas, las cuales intentan poner a la humanidad en el trono que solo le pertenece a Dios.
- Establecer un liderazgo que permita que nuestra nación sea una luz para el mundo; en donde las personas disfruten de prosperidad y seguridad, y reconozcan que Dios Todopoderoso es la fuente de nuestras bendiciones.
La Iglesia
Interceda en oración para que Dios obre de manera poderosa en nuestras iglesias, por un avivamiento en el Cuerpo de Cristo en todo el mundo. Ore de manera específica para que los cristianos en las iglesias locales puedan:
- Aprovechar cada oportunidad para alcanzar a los perdidos en sus comunidades.
- Hacer discípulos a los que ya han recibido a Jesucristo como Señor y Salvador.
- Desarrollar sus dones espirituales, con el propósito de edificar a sus hermanos en la fe.
- Continuar apoyando los esfuerzos misioneros, para que el evangelio se proclame en todo lugar.
Problemas nacionales
Pídale al Señor que cambie el rumbo de los actuales problemas económicos, sociales y morales de nuestra nación. Ore para que los Estados Unidos se convierta en un lugar donde:
- Los niños estén protegidos de falsas enseñanzas, influencias mundanas y de aquellos que desean abusar de ellos.
- Los que aún no han nacido sean protegidos y que aquellos que han sido engañados con la mentira del aborto reciban el perdón que solo está disponible en Jesucristo.
- El matrimonio bíblico sea protegido y las familias fortalecidas.
- El desempleo no sea de larga duración, ni generacional, y las iglesias locales ministren a los pobres de sus comunidades.
REFLEXIÓN
- Para que nuestra nación y nuestro mundo sean libres, tenemos que buscar de Dios, someternos a su voluntad y arrepentirnos de nuestros pecados. Cuando dedique tiempo para el Señor cada día, recuerde orar con pasión, propósito y perseverancia por nuestra nación. Y no se olvide de alabar a nuestro Padre celestial por su amor y su deseo de sanar esta tierra en la que vivimos. Gracias a las buenas promesas del Señor, todavía hay esperanza para nosotros.
