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Sermón de TV

Tiempo para tener valor

Aprenda a vencer la emoción dañina del miedo.

22 de enero de 2022

Como creyentes, Dios nos llama a no temerle a nuestros adversarios y a tener valor. El valor es la actitud de nuestra mente y nuestro corazón que nos permite enfrentar los peligros y los obstáculos con paz. El Dr. Stanley utiliza a Josué como ejemplo de alguien que muestra una tremenda valentía frente a los obstáculos. En esta enseñanza, usted verá cómo Dios anhela que usted tenga ese mismo valor.

Bosquejo del Sermón

TIEMPO PARA TENER VALOR
PASAJE CLAVE:
Josué 1.2-9
LECTURA DE APOYO:
Deuteronomio 31.23-29 | Josué 1.2-9 | 1 Samuel 17.37, 45-47 | Salmo 27.14 | Isaías 55.9 | Mateo 10.26-28; 14.23-27 | Juan 16.32, 33 | Hechos 18.9, 10  |  2 Corintios 5.1-8  |  Hebreos 13.5
INTRODUCCIÓN

El temor es un sentimiento que puede controlar el corazón de un individuo o aún el de una nación entera.

Dado que vivimos en un mundo inestable y lleno de incertidumbre, tenemos muchas razones para sentirnos ansiosos y temerosos. Y para aquellos que no tienen a Jesucristo como su Salvador, sus miedos están justificados, porque no tienen ninguna seguridad para esta vida, ni para la venidera. Pero los creyentes en Cristo no tenemos por qué vivir en constante temor, pues el Señor vive en nosotros y ha vencido al mundo.
DESARROLLO DEL SERMÓN

Dios no quiere que sus hijos seamos dominados por el miedo, pues en numerosas ocasiones en las Sagradas Escrituras nos dice que no debemos tener temor. El temor por sí mismo no es un pecado. Hay veces que las circunstancias lo justifican, pero Dios no desea que vivamos en perpetua intimidación, sino con valor, fe y confiados en Él.

Josué 1.2-9 es un buen ejemplo de un pasaje bíblico en el cual Dios exhorta a vivir con valor. Después de la muerte de Moisés, Josué fue escogido para guiar a Israel a la tierra prometida. Era una abrumadora responsabilidad, por lo cual Josué necesitaba tener valor.
Definición de valor

El valor no es la ausencia de temor, sino una respuesta ante el miedo. Puede ser definido como la actitud de la mente y el corazón que nos permite afrontar peligros, obstáculos y los desafíos de la vida sin temor, pero firmes y en calma.
Situaciones específicas que requieren valor

  • Cuando esperamos en Él. “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová” (Sal 27.14). Nos gusta que todo ocurra de acuerdo a nuestro tiempo, pero hay ocasiones en las que debemos esperar por el Señor, incluso si ello implica que perdamos oportunidades. Nuestro Padre celestial desea que lo dejemos todo en sus manos, para que obre de acuerdo a su tiempo.
  • Cuando enfrentamos peligro inminente. Durante una tormenta, los discípulos estaban aterrados al ver que Jesucristo se acercaba a ellos caminando sobre las aguas; pero el Señor les dijo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mt 14.27). Todos hemos pasado por momentos como este, en los que nos hemos sentido abrumados por el temor. Esto es algo normal, pero no debemos quedarnos en ese estado, sino que debemos clamar al Señor por ayuda y paz.
  • Cuando nos rodea la incertidumbre. Existen innumerables escenarios posibles que nos aterran, pues no sabemos lo que sucederá y están fuera de nuestro control. Jesucristo habló de esto en Juan 16.33 al decir: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Una vez más, lo que debemos hacer es confiar en el Señor y descansar en la paz que nos provee.
  • Cuando consideramos la fragilidad humana y la muerte. Todos los pensamientos relacionados con enfermedades, vejez y muerte pueden hacernos sentir temor, pero hay esperanza para el creyente en Cristo. Aunque gemimos en este cuerpo humano, se nos ha prometido un cuerpo glorificado. Se nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de nuestra resurrección. Por eso Pablo nos dice: “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Co 5.6-8).
  • Cuando una tarea nos abruma. Dios nos ha dado dones espirituales, talentos y habilidades para ser usados de acuerdo a su voluntad, pero a veces nos sentimos incapaces y temerosos. Es muy probable que eso fue lo que Josué sintió cuando Dios le ordenó guiar a la nación de Israel. Fue por eso que el Señor le exhortó tres veces a ser valiente (Jos 1.6, 7-9).

Cómo desarrollar valor

Cuando el Señor le encomendó a Josué tener valor, también le dio instrucciones de cómo lograrlo (Jos 1.2-9).

  1. Meditar en la Palabra de Dios. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él” (v. 8). Meditar incluye leer la Biblia y dedicar tiempo para reflexionar en sus enseñanzas y aprender más de Dios. Al llenar nuestra mente con los pensamientos del Señor, seremos guiados cada día para hacer su voluntad en cada situación que enfrentemos.
  2. Obedecer la Palabra de Dios. “[Cuida] de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra” (v. 7). La Biblia es un libro de instrucción para la vida, en el cual aprendemos cómo lidiar con diversas situaciones, de tal manera que agrademos y honremos al Señor. Ante las circunstancias más desafiantes de nuestras vidas, podemos citar versículos que nos sostienen y fortalecen, y así responder con valor y tranquilidad. Al deleitarnos, meditar y obedecer la Palabra de Dios, nuestro valor aumenta y nuestro espíritu se fortalece.
  3. Recordar la fidelidad de Dios. Josué fue desafiado a recordar la fidelidad del Señor a Moisés y a su pueblo. “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie” (v. 2, 3). Mantener un diario nos ayuda a recordar la fidelidad de Dios. Escribir lo que vivimos nos anima también a confiar en el Señor en el futuro.
  4. Observar el valor en otra gente. “Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (v.5). Cuando Moisés fue llamado por Dios para guiar a su pueblo fuera de Egipto, tuvo miedo y dio varias excusas por las que no creía ser el indicado para esa labor. Pero Dios lo fortaleció para que terminara esa misión. La confianza en el Señor y la obediencia de Moisés fueron un ejemplo a seguir para Josué.
  5. Determinar lo que está en juego. El Señor le prometió a Abraham que de él saldría una gran nación, le daría la tierra de Canaán y bendeciría a las naciones por medio de él. Lo que estaba en juego para Josué era el cumplimiento de la promesa de Dios de dar a Israel la tierra como parte de su plan de redención por medio de Jesucristo, el Mesías (vv. 3, 4). Lo que hoy está en juego para nosotros es nuestra firmeza por Cristo ante la crítica, el desprecio y el escarnio. Necesitamos tener valor para proclamar el evangelio en un mundo hostil.
  6. RecordarlaspromesasdeDios.“Estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé” (v. 5). Podemos tener una fe inquebrantable y ser valientes porque el Señor está con nosotros en todo momento y en medio de toda circunstancia. Y con su presencia recibimos su poder, protección y provisión.

REFLEXIÓN

  • Qué enfrenta hoy que le hace sentir ansioso y temeroso? ¿Cómo cambiaría su reacción si explorara su situación por medio de la Palabra de Dios? ¿En cuáles versículos bíblicos encuentra consuelo?
  • ¿Acaso sus temores están basados en la incertidumbre del futuro y siente miedo de lo que pudiera pasar? ¿Qué sucedería si tornara su mirada hacia Aquel que controla el futuro y ha prometido darnos su presencia, poder, provisión y protección?

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