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Sermón de TV

Principio de Vida 22: Andar en el Espíritu Santo

Andar en el Espíritu es obedecer las indicaciones iniciales del Espíritu.

1 de noviembre de 2019

Bosquejo del Sermón

¿A quién acude diariamente para recibir guía sobre cómo vivir o qué decisión tomar?

Las Escrituras nos dicen que el único Guía digno de toda nuestra confianza es el Espíritu Santo. Nadie fuera de Él conoce totalmente nuestro pasado, desde el momento en que fuimos concebidos hasta el presente, además que también conoce nuestro futuro, desde este día hasta la eternidad. Él conoce el plan y el propósito de Dios para nosotros, cada día de nuestras vidas. También sabe qué es bueno y conveniente para nosotros.

Jesús se refirió reiteradamente al Espíritu como el «Espíritu de verdad». Note lo que dijo acerca de la actividad del Espíritu Santo en nuestra vida: «Él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir» (Jn 16.13). El Espíritu de verdad es como un compás interno en nuestras vidas, que nos orienta siempre hacia cómo sería Jesús, qué diría o qué haría en cualquier momento dado.

Dios desea darle a conocer su voluntad. Él quiere que usted sepa qué hacer y cuándo hacerlo. Por lo tanto, puede confiar en el Espíritu Santo para que sea su Guía diaria. Después que el Señor derramó el Espíritu Santo sobre los discípulos, ellos fueron guiados de manera profunda por el Espíritu. Los versículos a continuación proveen unos cuantos ejemplos de cómo el Espíritu Santo interactuó con el pueblo de Dios, de tal manera que les proporcionó orientación y guía muy personal y específica. Lo que Él hizo por ellos entonces, desea hacerlo por usted hoy mismo.

El Espíritu de verdad es como un compas interno en nuestras vidas. 

«El Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar» (Hch 11.12).

«Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado» (Hch 13.2).

«Atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia» (Hch 16.6).

Los líderes de la iglesia primitiva se apoyaron en el Espíritu Santo para recibir esta clase de guía específica y personal, y seremos sabios si seguimos su ejemplo. Tanto Romanos 8.14 como Gálatas 5.18 hacen referencia a que somos «guiados por el Espíritu», que es la norma en la vida el cristiano.

Tal vez pregunte: «¿Existen condiciones para que podamos ser guiados por el Espíritu Santo en nuestras vidas?»

Sí.

Primero, debemos permanecer rendidos al Espíritu. Debemos decir «sí» al Espíritu cuando Él nos indique emprender cierta acción o decir cierta palabra. Debemos dar asentimiento mental a la dirección del Espíritu, y luego debemos proceder a obedecer sus indicaciones, llevando a cabo con las acciones o las palabras lo que Él nos haya llamado a hacer o a decir.

El Espíritu Santo ha venido a revelarnos la verdad. 

El Espíritu casi siempre nos habla en el silencio de nuestros corazones con una palabra de convicción o certidumbre. Cuando el Espíritu Santo nos dirige para que nos apartemos de algo perjudicial, con mucha frecuencia sentimos una pesadez o tenemos una sensación de intranquilidad, presentimiento o una mala corazonada en nuestro espíritu. Por otro lado, cuando el Espíritu Santo nos dirige hacia cosas beneficiosas, tendemos a sentir una profunda paz interior, un fuerte anhelo de ver qué hará Dios, y un sentimiento de gozo.

¿Cómo puede saber si ya se ha rendido al Espíritu Santo? Usted se rinde a Él cuando es capaz de decirle: «Esto es lo que yo deseo, pero si tu respuesta a ello es “no”, está bien. Haré lo que Tú digas».

Segundo, debemos creer y obedecer su guía. Será mucho más probable que escuchemos lo que el Espíritu Santo tiene que decir si estamos escuchando activamente, pendientes de lo que Él vaya a decirnos. Si vivimos con la expectativa de buscar de Dios, percibiremos con mayor claridad la dirección del Espíritu Santo. Hebreos 11.6 nos dice que Dios «es galardonador de los que le buscan». Hemos de ser diligentes en buscar su guía, pedírsela, estar pendientes de ella, anticiparla y recibirla.

El Espíritu Santo ha venido a revelarnos la verdad. Él ha venido con su capacidad de omnisciencia para impartirnos lo que necesitamos saber, a fin de que vivamos en obediencia y fidelidad. Confíe en Él para recibir su guía, ¡ahora y siempre!

 

Extraído de la Biblia Principios de Vida por Charles F. Stanley, © 2010.

Este mensaje es parte de la serie Principios de vida.

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