Nadie puede robar su paz a menos que usted se lo permita. En este mensaje, el Dr. Stanley explica las razones por las cuales perdemos la paz, y cómo no perderla.
Bosquejo del Sermón
Cuando nos sentimos perturbados, casi siempre culpamos a factores externos. Sin embargo, como creyentes en Cristo, nunca debemos creer que somos víctimas de las circunstancias. En el mensaje de hoy, el Dr. Stanley describe cómo podemos perder la paz. La clave radica en la mente, lo cual significa que tener la perspectiva correcta es crucial.
Pasaje clave: Filipenses 4.4-9
Lecturas de apoyo: Isaías 48.22; Hebreos 13.5
Las posesiones materiales pueden ser robadas, pero eso nunca sucederá con nuestra paz. Para que podamos perderla, tenemos que entregarla.
► “No podemos tener paz en nuestro corazón si nuestros pensamientos entran en una de estas categorías”.
Siete maneras de pensar que nos hacen entregar nuestra paz:
1. Pensamientos pecaminosos.
Muchas cosas pueden llegar a ser fuente de codicia; como, por ejemplo, el dinero, el poder, el prestigio, la posición social o el sexo. La codicia es cualquier deseo que esté fuera de control.
Otros pensamientos pecaminosos incluyen la ira, la amargura, el resentimiento, el odio y el miedo.
Los pensamientos pecaminosos y la paz no pueden convivir.
2. Pensamientos negativos.
En estos se incluyen los relacionados con la baja autoestima.
La negatividad puede hacernos culpar a otras personas, o a situaciones, por no obtener el éxito esperado.
Con pensamientos como estos, siempre viviremos llenos de desasosiego.
3. Pensamientos errados.
Al pensar que Dios no nos ama o que no está con nosotros (Heb 13.5).
Al malinterpretar el evangelio.
Si en verdad deseamos paz, tenemos que rechazar esos pensamientos.
► “Si Dios no es parte de algo, sin importar lo que pensemos, será algo irreal”.
4. Pensamientos irreales.
Son pensamientos que le incitan a trazar metas imposibles, que requieren esfuerzos interminables e incluso manipular una situación, para obtener lo que desea.
Cualquier plan que esté fuera de la voluntad de Dios para nuestra vida.
La paz es un regalo que fluye de nosotros cuando tenemos los pensamientos correctos.
“Dios no nos da órdenes para que las consideremos, sino para que las obedezcamos”.
5. Pensamientos rebeldes.
Van en contra de la Ley de Dios.
Provienen de un obstinado rechazo a obedecer.
Incluso servir, si no proviene de un corazón sumiso a Dios, puede despertar rebeldía.
6. Pensamientos obsesivos.
Estos son pensamientos que nos atrapan y no nos sueltan. Por ejemplo, si hay algo que desea a cualquier costo, eso llegará a dominar su espíritu.
La única obsesión que produce paz, es la pasión por Jesucristo.
7. Pensamientos que cautivan.
Esta categoría implica entregarnos a algo que nos domina. No tendremos paz en esto.
Un ejemplo puede ser la adicción, incluso hacia aquello que ya no deseamos.
La clave para tener paz:
Reciba a Jesucristo como su Salvador personal.
Rinda su voluntad al Señor. Es en su voluntad el que usted escoja vivir en obediencia a Él.
Después de ver el sermón
¿Cuál de los siete tipos de pensamientos son más problemáticos para usted? Lea Filipenses 4.4-9 y medite en lo que dice.
Que lo primero que haga cada mañana, sea pensar en Dios. Puede usar esta oración como guía, o usar sus propias palabras: “Padre, hoy necesito experimentar tu paz. Ayúdame a poner a un lado cualquier pensamiento que me turbe y no me deje enfocarme en Ti. En el nombre de Cristo. Amén”.
