Nuestra comprensión de Dios influye en nuestra relación con Él. Mientras piensa en todos sus atributos, considere la gracia ilimitada de nuestro Padre celestial. En este mensaje, el Dr. Stanley habla del privilegio de conocer y experimentar la bondad amorosa del Padre, y cómo esto puede cambiar por completo nuestra vida.
Bosquejo del Sermón
MANIFESTACIONES DE LA BONDAD DE DIOS
PASAJE CLAVE: Salmo 118.1
LECTURAS DE APOYO: 2 Samuel 24.14 | Salmo 31.19 | Salmo 33.5 | Salmo 34.8, 9 | Salmo 84.11 | Salmo 145.9 | Ezequiel 18.4, 20 | Mateo 5.45 | Marcos 10.47-51 | Lucas 6.35 | Lucas 18.9-13 | Juan 3.16 | Juan 14.6 | Romanos 8.28 | Tito 3.5 | Hebreos 4.15, 16 | Santiago 1.17 | 2 Pedro 3.9
INTRODUCCIÓN
Tener una perspectiva correcta de Dios es vital, pues repercute en cada área de nuestra vida.
La manera en la que percibimos al Señor puede fortalecer nuestra fe o causarnos incertidumbre; hacernos más valientes o aumentar nuestros temores; hacernos obedientes o rebeldes; impulsarnos a buscar su voluntad o a escoger nuestro propio camino; acercarnos más a Dios o alejarnos de su presencia. Como hay tanto en riesgo, debemos esforzarnos por conocer más al Señor que servimos. Y la única manera de adquirir una perspectiva correcta de Él, es reflexionando en lo que dice de Sí mismo en la Biblia.
DESARROLLO DEL SERMÓN
La Biblia presenta muchos pasajes sobre los atributos o características de Dios, los cuales nos ayudan a conocerle y comprenderlo más. Salmo 118.1 declara: “Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”. La bondad de Dios se manifiesta a través de su benevolencia hacia nosotros. Dios, al ser infinito y bueno en todos sus atributos, siempre es bueno, y todo lo que hace es para bien.
La bondad de Dios nunca se agota.
Su bondad nunca deja de ser; no es bondadoso en algunas ocasiones y en otras no. El dilema que enfrentamos es que hay experiencias que no consideramos buenas; sin embargo, esas experiencias no niegan la bondad del Señor. Cada bendición que recibimos procede de nuestro Padre celestial, quien nunca cambia (Stg 1.17). De hecho, toda la creación está llena de su bondad, la cual ofrece a todos los seres humanos.
Cuatro atributos de Dios
Reflexionemos en algunas de las características más importantes de nuestro Creador.
- “Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras” (Sal 145.9).
- “Porque él es benigno para con los ingratos y malos” (Lc 6.35).
- “Que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mt 5.45).
Mucha gente no reconoce que Dios es la fuente de todo lo bueno que tienen: la salud, el disfrute, la familia y los amigos; es por eso que nunca le agradecen, ni reconocen lo que hace por ellos. Aun así, continúa ofreciendo su bondad a todas las generaciones.
Dios expresa su bondad de diversas maneras.
En ocasiones comparamos nuestra situación con la de los demás, y llegamos a la conclusión de que el Señor es injusto, pues no nos trata a todos por igual. Pero la bondad de Dios se mantiene constante, aunque no siempre la expresa de la misma manera de una persona a otra.
- “Porque sol y escudo es Jehová Dios; gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad” (Sal 84.11).
- “Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen” (Sal 34.8,9).
- “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Ro 8.28).
Aquellos que caminan con el Señor, lo obedecen, lo aman y son llamados conforme a su propósito, siempre serán recipientes de su abundante benevolencia. Su bondad es para aquellos que viven en rectitud; pero quienes piensan que Dios los está privando de algo, labrarán su propio camino y se perderán de la maravillosa generosidad del Padre celestial.
Dios es quien define el significado de bondad.
Muchas veces no podemos apreciar la bondad del Señor para con nosotros porque nos comparamos con otros, o emitimos juicio en relación al bienestar material, físico o situacional. Pero Dios, en su sabiduría, sabe que tener todo lo que deseamos no es lo mejor para nuestra vida. Hace uso de las pruebas y los sufrimientos para edificarnos y enseñarnos a confiar y a depender solo de Él. Con sabiduría ha trazado el mejor camino para cada persona, por medio del cual podrán alcanzar su buena voluntad. No existen dos vidas iguales. Al someternos a su voluntad y caminar en obediencia a su lado, es como podremos disfrutar y apreciar su inigualable amor y cuidado.
Existen muchas manifestaciones de la bondad de Dios.
El Señor expresa su bondad de diversas maneras; pero estas manifestaciones se nos hacen más evidentes cuando hemos agotado todas nuestras fuerzas y clamamos por su ayuda. Consideremos tres de ellas:
- Su misericordia. Dios expresa su compasión en su tierno amor por aquellos que están en aflicción. De no ser por su misericordia, todos estaríamos perdidos, pues necesitamos de su compasión para ser salvos. Nadie puede ser salvo sin antes haber reconocido su condición pecaminosa y sin esperanza, y sin haber clamado por misericordia (Lc 18.13). Pero la compasión de Dios no está limitada a la salvación. Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote, quien se compadece de nuestras debilidades y nos invita a que nos acerquemos a su trono de gracia, donde recibimos su misericordia y hallamos gracia en tiempos de necesidad (He 4.15, 16).
- Su gracia. La gracia de Dios consiste en su inmerecido favor hacia nosotros; pero también involucra mucho más que eso. Fue por su gracia que quitó la culpa de nuestro pecado y la colocó sobre su Hijo en la cruz. Como Dios es justo, no puede tolerar el pecado. Para permanecer siendo justo, cada pecado debe castigarse. Por tanto, Jesucristo llevó sobre sí el castigo que merecíamos, para que Dios pudiera justificar a los pecadores arrepentidos y declararlos libres de pecado. Por medio de la muerte de su Hijo nuestro Padre celestial expresa su bondad a todos los que han depositado su fe en Cristo (Ef 2.8,9). Y no solo somos salvos por su gracia, sino que también vivimos cada día por medio de ella.
- Su amor. Esta expresión de su bondad va más allá de lo que podemos definir. El amor de Dios es inmensurable, incomprensible e indescriptible. A diferencia del nuestro, su amor es perfecto y nunca cambia, pues es parte de su naturaleza. Lo expresa por medio de las bendiciones que nos da, pero también por medio de su disciplina. En nuestro sufrimiento, nos moldea para que podamos ser más santos y que así le demos gloria. La máxima expresión de su amor fue cuando entregó a su Hijo para rescatar a la humanidad pecaminosa de una condenación eterna (Jn 3.16).
Como creyentes en Cristo estamos cubiertos con las bendiciones de nuestro Padre celestial, pues nos otorga su interminable misericordia, su inagotable gracia y su inigualable amor. El camino que Dios ha trazado para nuestra vida fue cimentado con la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
REFLEXIÓN
- ¿Cree que su perspectiva de Dios ha madurado desde que aceptó a Cristo? De ser así, ¿de qué manera conocer más de los atributos divinos impacta su perspectiva de la bondad del Señor durante tiempos difíciles?
- ¿Ha habido momentos en los que ha dudado de la benevolencia de Dios? ¿Qué causaron esas dudas?¿De qué manera obró el Señor por medio de esa situación?
- La mejor respuesta que podemos dar ante la bondad de nuestro Padre celestial es el agradecimiento.