Nuestro Padre celestial quiere que nos perfeccionemos en nuestra fe, que confiemos por completo en Él, independientemente de la situación o las circunstancias. Esto se debe a que cada aspecto de nuestras vidas se ve afectado por la fortaleza y vitalidad de nuestra fe. En este mensaje, el Dr. Stanley enseña cómo continuar creciendo en nuestra relación con el Señor para que nuestra fe pueda ser perfeccionada.
Bosquejo del Sermón
Al caminar con Dios en medio de las pruebas, nuestra confianza en Él puede variar. Esta semana vamos a explorar cómo el entender las etapas de nuestra fe, nos ayuda a evaluar nuestro nivel de confianza y nos exhorta a crecer.
PASAJE CLAVE: Hebreos 11.1-3, 6
Ante las pruebas que enfrentamos, debemos responder; y nuestra respuesta demuestra el nivel en el que se encuentra nuestra fe.
► “Dios honra la fe, porque la fe lo honra a Él”.
La Biblia nos enseña que la fe en Dios era muy importante para Jesucristo.
Con frecuencia, Jesucristo instruyó a sus discípulos y a otros a tener fe (Mateo 17.20; 21.22; Marcos 9.23; 11.22).
Los discípulos reconocieron la importancia de la fe y le pidieron al Señor que la aumentara en ellos (Lc 17.5).
Después de la resurrección, Jesucristo reprendió a sus discípulos por su falta de fe (Mr 16.14).
Cristo sabía que cada aspecto de la vida es influenciado por nuestra fe; incluyendo la oración, el dar y nuestras relaciones personales.
► “La clave de la fe es el enfoque”.
Recordemos que las etapas de nuestra fe…
Son flexibles. No siempre seguiremos la misma secuencia, o quizás regresemos a una etapa anterior al ser probada nuestra fe.
Se repiten. Nadie llega a la última etapa y se queda ahí.
Están basadas en nuestro enfoque. El cual debe estar en Dios, y no en los desafíos.
Primera etapa: Poca fe…
Se caracteriza por la incertidumbre.
Puede ser sincera, pero no producir paz.
Puede regresar a la vida de un creyente maduro, pero no permanecer en él.
Es un momento en el que nos cuesta creer que Dios puede hacer algo (Mr 9.21-24).
► “Aquellos que tienen mucha fe han puesto sus sentimientos a un lado. Y lo que hacen es poner su enfoque solo en Dios”.
Segunda etapa: Gran fe…
Implica madurar y ser fortalecidos.
Se mantiene firme en la Palabra sin titubear.
No depende de los sentimientos, de las opiniones de los demás, ni del pasado.
Mira más allá de lo que nuestros ojos pueden ver.
Se describe en las palabras que David declaró antes de enfrentar al gigante Goliat (1 S 17), y cuando el centurión le dijo a Jesucristo “solamente di la palabra” (Mt 8.8).
Tercera etapa: Fe perfecta…
Puede ver la solución de Dios como un hecho aun antes de que ocurra.
Ya no tiene necesidad de preguntar.
Nos guía a dar gracias y alabar al Señor por lo que está por venir.
Provee una paz, un gozo y una seguridad perfecta.
Implica paciencia y una expectativa llena de esperanza.
Es ilustrada cuando Abraham les dice a sus siervos “adoraremos, y volveremos a vosotros” (Gn 22.5).
Es normal que nuestra fe fluctúe, pero que no haya crecimiento es problemático. Esto limita…
La forma en que Dios nos usará.
Su respuesta a nuestras oraciones.
Nuestro gozo y paz, y cada aspecto de satisfacción en nuestra vida.
Para crecer y fortalecer nuestra vida, debemos…
Leer la Palabra de Dios.
Mantener un corazón limpio.
Entregarle nuestra vida al Señor.
Pedir aquello que esté de acuerdo a la voluntad de Dios.
Después de ver el sermón
Considere los siguientes pensamientos y preguntas:
El centurión le dijo a Jesucristo: “y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace” (Mt 8.9). Con esta declaración, ¿qué demostró comprender este hombre acerca del Señor?
¿Cuál es la ilustración bíblica que más le inspira en estos momentos?
