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Sermón de TV

Las cualidades de una madre consagrada a Dios

El Dr. Stanley detalla las muchas facetas de una madre que ama a Dios y lo obedece.

7 de mayo de 2022

En este mensaje, el Dr. Stanley detalla las muchas facetas de una madre consagrada a Dios, y describe el impacto duradero que puede tener en su familia. Descubra cómo ser un buen ejemplo para sus hijos cada día.

Bosquejo del Sermón

LAS CUALIDADES DE UNA MADRE CONSAGRADA
PASAJE CLAVE:
2 Timoteo 1.1-7
LECTURA DE APOYO: Efesios 4.32
INTRODUCCIÓN
Las madres son importantes tanto para la familia como para la sociedad.
Sin importar los problemas que usted haya tenido durante su infancia para relacionarse con su madre, ella le fue dada por Dios y jugó un papel esencial en su vida. Incluso en las Sagradas Escrituras, encontramos toda clase de madres, y muchas de ellas demuestran consagración al Señor. Timoteo tuvo una madre y una abuela consagradas a Dios que lo influenciaron a seguir el ejemplo de ellas.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Cuando el apóstol Pablo le escribió a Timoteo para animarlo en su labor en la iglesia de Éfeso, describió la herencia de fe que había recibido Timoteo de la siguiente manera: “trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” (2 Ti 1.5).
Las cualidades de una madre consagrada a Dios.
Las madres son descritas de varias maneras según la belleza externa, las riquezas o los logros que han obtenido. Sin embargo, la cualidad más importante de una madre es su consagración a Dios. Eso no significa que sea perfecta, sino que posee una cualidad que sirve como modelo para sus hijos. Ninguna mujer puede demostrar todas estas cualidades; sin embargo, una madre consagrada al Señor es aquella que crece en cada uno de los siguientes aspectos: 

  • Una madre consagrada a Dios ora y lee la Palabra de Dios. Esto no es algo que hace de manera ocasional, sino que es parte de su estilo de vida. Cree en las Sagradas Escrituras y sabe que sus instrucciones le ayudarán a ser una mejor esposa y madre. De hecho, la oración y la Biblia influencian cada aspecto de su vida: cómo se viste, cómo se comporta, cómo trabaja. Su conversación, carácter y conducta están fundamentadas en la Palabra de Dios y sus hijos son un reflejo de ello.
  •  Una madre consagrada a Dios confía en Él para todas sus necesidades. Debido a que ora, lee y medita en la Palabra de Dios puede conocer y confiar en las promesas del Señor. Está convencida de que Él proveerá para sus necesidades físicas, materiales y emocionales. En vez de poner su mirada en lo que le falta, resalta la providencia de Dios en su vida y está agradecida por todo lo que ha recibido, ya sea mucho o poco.
  •  Una madre consagrada a Dios es generosa. Aunque no tenga mucho para dar, lo ofrece con gusto. A veces expresa su generosidad al animar a otros. Desea dar palabras que edifiquen y no que desanimen. Su demostración de generosidad con su familia y con los demás establece un modelo a seguir para que sus hijos la imiten.
  •  Una madre consagrada a Dios le obedece. La obediencia honra al Señor, así que tanto ella como su familia son bendecidas, pues sabe que obedece al Dios todopoderoso, omnisciente y misericordioso en el que puede confiar. Su deseo es obedecer al Señor y dejarle las consecuencias. No necesita afanarse, pues sabe que para Dios nada es imposible. Le presenta en oración todas sus cargas y preocupaciones, y descansa en Él. Aunque enfrente problemas serios, puede dormir tranquila sin desesperarse por nada.

Una madre consagrada que obedece y confía en el Señor, le da a su hogar una atmósfera de libertad, hospitalidad y amor, pues no se afana por las preocupaciones. Incluso los problemas de su hogar no perturban por mucho tiempo esa atmósfera de paz.

  • Una madre consagrada a Dios perdona. Esta es una cualidad esencial para todo seguidor de Jesucristo y se enseña claramente en la Biblia. Aquellos que se niegan a perdonar viven con estrés y tensión que afecta sus hogares. El perdón es un elemento esencial de la convivencia familiar, pues en las relaciones interpersonales siempre se dan conflictos y malentendidos. Sin embargo, vivir con una persona de carácter difícil no es excusa para negarnos a perdonar. El perdón puede restaurar la paz y eliminar el estrés y la tensión en el hogar. Además, en Efesios 4.32 dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
  •  Una madre consagrada a Dios tiene una actitud de perseverancia. Cuando se necesita lograr algo, sabe lo que debe realizar y continúa hasta terminarlo. En lugar de esperar a que otra persona lo haga, se lanza a completar la tarea. La perseverancia se aplica tanto al trabajo, como a las relaciones interpersonales. Es más fácil dejar de hablar o alejarnos del problema, pero una mujer consagrada a Dios no se rinde. Sigue demostrando amor incluso cuando las cosas no salen como desea. En vez de desanimarse, acude al Señor en oración para pedirle un corazón limpio y un espíritu perdonador.

La madre de un recién nacido es un ejemplo de perseverancia. Sin importar cuántas veces deba despertarse durante la noche, lo hace. Dios ha puesto en el corazón de las madres la disposición de hacer lo que sea necesario por sus hijos. Una madre consagrada al Señor enfrenta las demandas de la vida sin escandalizarse, irritarse, quejarse o comparar su situación con la de los demás. Vive decidida a ser la persona que Dios desea que sea. 

  • Una madre consagrada a Dios tiene una actitud servicial. Esta es una cualidad que todo seguidor de Jesucristo debería tener, pues Él fue un siervo. Una madre con actitud de sierva no vive para sí, sino para los demás. Sirve a su familia de diversas maneras, pues recuerda que sigue el ejemplo de Cristo. No busca recompensa, ni sirve solo cuando le conviene o le apetece. Entiende que, al servir a su familia, también sirve al Señor.
  •  Una madre consagrada a Dios tiene una vida ordenada. Para que una familia funcione debe haber organización, en especial cuando los niños asisten a la escuela, pues se debe cumplir con un horario. Cuando no hay orden en la familia, reina la confusión, la frustración, la ansiedad, la tensión y el estrés. Además, los niños deben aprender a tener una vida organizada, para que puedan comportarse bien como adultos. Por eso es tan importante que se les dé el ejemplo en el hogar, pues a esa edad tienden a imitar hábitos y actitudes de sus padres. Tienen que desarrollar cualidades que edifiquen y enriquezcan sus vidas.
  •  Una madre consagrada a Dios es alentadora. Los niños necesitan el estímulo de sus padres para que se sientan valorados y amados. Esto comienza a muy temprana edad con muestras de cariño y con palabras de aliento a medida que el niño crece. Y en ocasiones, implica exhortarlos para que perseveren y hagan su mejor esfuerzo. 
  •  Una madre consagrada ama de manera incondicional. Su amor no depende del comportamiento de sus hijos o de su esposo, sino que lo da sin reservas. Con su ejemplo, enseña a sus hijos la manera en que deben amar.

REFLEXIÓN

  • Si tuvo la bendición de tener una madre consagrada, ¿qué cualidades admira de ella? 
  • ¿De qué manera impactó su manera de ser? Si usted tiene hijos, ¿qué cualidades desea desarrollar y demostrarles? 

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