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Sermón de TV

La atractiva cualidad de la benignidad

¿Qué sucede cuando nos apoyamos en la infalible bondad de Dios?

Charles F. Stanley 13 de marzo de 2021

Piense en alguien con quien disfruta pasar tiempo. Una cierta calidez emana del alma de esa persona, invitándole a descansar y a ser usted mismo, ¿no es así? Ese algo tranquilizador tiene nombre; se llama “benignidad”. En este mensaje, el Dr. Stanley profundiza en cuanto a la naturaleza irresistible de la bondad —cómo nos demuestra Dios dicha cualidad y cómo debemos imitarlo en nuestras relaciones terrenales. Apóyese en la bondad inagotable del Señor, y vea cómo esta se multiplica en su vida y se vuelve evidente para los que le rodean.

Este mensaje fue grabado antes de la crisis de COVID-19. Para proteger a nuestro personal y a la comunidad, estamos siguiendo las pautas de seguridad y practicando el distanciamiento social. Apreciamos su comprensión.


Bosquejo del Sermón

La atractiva cualidad de la benignidad

PASAJE CLAVE: Efesios 4.31, 32

LECTURAS DE APOYO: Proverbios 3.3; 19.22 | Ezequiel 18.20 | Zacarías 7.9 | Marcos 10.51 | Romanos 2.4 | Gálatas 5.22, 23; 6.7 | Colosenses 3.12 | Tito 3.4-6 | Hebreos 13.5 | 1 Pedro 2.3

INTRODUCCIÓN

¿Cree ser una persona benigna? ¿Quienes lo conocen estarían de acuerdo con esa afirmación?

La benignidad (o bondad) es una virtud que sobresale en un mundo de crueldad y egoísmo. Es una cualidad atractiva, la cual no solo se expresa en nuestro rostro, sino también por medio de nuestras palabras y acciones. La benignidad es un atributo que debe caracterizar a todo creyente, pues es el reflejo de Cristo en nosotros.

DESARROLLO DEL SERMÓN

La benignidad se menciona en Gálatas 5.22, 23 como parte del fruto que el Espíritu de Dios produce en nosotros: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”. Está estrechamente asociada con los rasgos de bondad y gentileza, los cuales siempre la acompañan. Si uno es bondadoso, también será bueno y apacible.

Aunque la benignidad es producida por el Espíritu Santo, también es un atributo que debemos cultivar, pues es lo que el Señor nos ordena en su Palabra.

  • Efesios 4.32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
  • Colosenses 3.12: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.

El Espíritu Santo que mora en nosotros hace uso de la benignidad para bendecir la vida de los que nos rodean. No solo se trata de ser respetuoso en público, sino de que también lo seamos en nuestros hogares y lugares de trabajo. Podemos expresarla por medio de la amabilidad, generosidad, paciencia, consideración y al tener una actitud de calma y bondad.

Aunque la benignidad no es importante en la sociedad de nuestros tiempos, es una característica de Cristo, la cual debe ser evidente en la vida de cada creyente. Comienza con preocuparnos más por los demás, y menos por nosotros mismos. Der manera que seamos sensibles a las necesidades de quienes nos rodean y listos a ayudarlos con nuestras palabras y acciones.

Jesucristo es el ejemplo perfecto de benignidad. Al escuchar que Bartimeo, un mendigo ciego y pobre, lo llamaba, no lo vio como un estorbo, sino que se detuvo y le preguntó: “¿Qué quieres que te haga?” (Mr 10.51). Luego, con misericordia y compasión, restauró la vista de Bartimeo, tal como él se lo pidió.

Como seguidores de Jesucristo, también debemos caracterizarnos por la benignidad. Como el Espíritu Santo obra para producir ese fruto en nuestra vida, tenemos la capacidad de ser bondadosos en todo momento. Sin embargo, eso no significa que debamos permitir que nos maltraten o que nos ataquen. Como cristianos, nunca debemos ignorar las ofensas; debemos reaccionar como Cristo lo haría, sin atacar a las personas sino a las acciones.

Dios le demuestra bondad a toda la humanidad.

Su acto supremo de benignidad consiste en proveer al pecador la oportunidad de ser salvo.

  • Tito 3.4-6: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador”.

Aunque el Señor tiene el derecho de destruir a los pecadores, es paciente y su bondad tiene el propósito de guiarlos hacia el arrepentimiento.

  • Romanos 2.4: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”.

La única razón por la que somos salvos, es porque la bondad de Dios nos condujo al arrepentimiento y permitió que fuésemos salvos por medio de la fe en su Hijo. Una vez que hemos disfrutado de su gracia, también podemos ser bondadosos con aquellos que nos maltratan. En ocasiones, la mejor manera para reaccionar ante los que nos insultan no es defendernos, sino expresar una benignidad pacífica. Esto no es una muestra de debilidad, sino de fortaleza. La benignidad vence al desarmar al atacante y terminar la pelea.

Expresiones de la benignidad de Dios

  • Nos perdona de nuestro pecado. No hay nada que podamos hacer para obtener su redención por nosotros mismos.
  • Provee para nuestras necesidades. No solo nos salva, sino que también satisface nuestras necesidades emocionales, físicas y materiales.
  • Nos protege en momentos de peligro. Todos hemos sido testigos de ocasiones en las que Dios nos ha rescatado del peligro; aunque no nos hayamos dado cuenta de todas las veces que ha intervenido para protegernos.
  • Responde a nuestras oraciones. Es solo por su gracia, pues nadie podría decir que es digno de ser escuchado por Dios.
  • Nos da el don de vida eterna. Al salvarnos, no solo perdona nuestros pecados, sino que nos da una vida eterna que nunca perderemos. Nos sostiene y nos cuida hasta nuestro último aliento, para luego llevarnos al hogar celestial, en donde estaremos con Él para siempre.
  • Cumple todas sus promesas. Así como cumple su promesa de darnos vida eterna, también será fiel para disciplinarnos como Padre amado cada vez que le desobedezcamos. Los dos son actos de su bondad hacia nosotros.
  • Su intervención en nuestra vida. El Señor no solo nos salvó, sino que también envió a su Espíritu a morar en nosotros. En todo momento nos trata con bondad, ya sea con amor, gentileza, sinceridad, instrucción o disciplina.
  • Su presencia con nosotros. Dios no ha puesto condiciones para limitar su disposición para morar en nuestra vida. En Hebreos 13.5 afirma: “porque él dijo: ‘No te desampararé, ni te dejaré’”. La Biblia nos recuerda que nuestra vida debe ser un reflejo de la benignidad del Señor.
  • Proverbios 19.22: “Contentamiento es a los hombres hacer misericordia”. Lo que Dios valora va en contra de lo que el mundo considera varonil.
  • Proverbios 3.3: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón”. La bondad comienza en la mente y en el corazón.
  • Zacarías 7.9: “Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: ‘Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano’”. La benignidad no se limita al corazón, sino que debe ponerse en práctica, sobre todo en el hogar.
  • 1 Pedro 2.3: “Si es que habéis gustado la benignidad del Señor”. Después de disfrutar de la gracia y de la bondad de Dios, debemos añadirla a nuestro estilo de vida.

REFLEXIÓN

  • Es fácil pasar por alto la bondad que el Señor nos expresa cada día. Durante esta semana, esfuércese en reconocer las maneras en las que Dios demuestra su benignidad.
  • ¿La manera en que interactúa con su familia demuestra bondad? ¿Por qué es el hogar uno de los lugares más difíciles para expresar benignidad? ¿Cómo sería su hogar si todos fueran amables unos con otros?

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Este mensaje es parte de la serie Cómo demostrar un carácter piadoso.

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