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Sermón de TV

En armonía con el plan de Dios

Buscar y obedecer la voluntad de Dios es el camino hacia la bendición y la victoria.

Charles F. Stanley 2 de enero de 2021

En este mensaje, el Dr. Stanley explora un error de Moisés que nos ayuda a entender cómo manejar sabiamente momentos similares. Los resultados siempre merecerán el esfuerzo.

Este mensaje fue grabado antes de la crisis de COVID-19. Para proteger a nuestro personal y a la comunidad, estamos siguiendo las pautas de seguridad y practicando el distanciamiento social. Apreciamos su comprensión.


Bosquejo del Sermón

En armonía con el plan de Dios

PASAJE CLAVE: Éxodo 2.11-15

LECTURAS DE APOYO: Números 32.23 | Efesios 4.16 | Filipenses 4.19 | 2 Timoteo 1.7

INTRODUCCIÓN

Hay tres preguntas que todos debemos hacernos antes de tomar una decisión importante: ¿Qué, cuándo y cómo?

Si dejamos a un lado si quiera una de estas preguntas, podríamos tomar la decisión equivocada y tendríamos que sufrir las consecuencias. Por tanto, la opción más sabia es venir ante el Señor para pedirle que nos muestre qué desea que hagamos, cómo quiere que procedamos y cuándo sería el momento propicio conforme a su perfecta voluntad.

DESARROLLO DEL SERMÓN

La historia de Moisés en Éxodo 2.11-15 es un ejemplo de la importancia de buscar la dirección de Dios antes de tomar una decisión. Aunque Moisés era hebreo, fue criado en el palacio como hijo de la hija de Faraón; ese era un lugar de poder, prominencia y prestigio egipcio. Ya siendo adulto, vio cómo un egipcio golpeaba a un hebreo y tomó una decisión precipitada que cambió su vida de manera radical. Intervino al matar al egipcio, como resultado, lo perdió todo y tuvo que huir para resguardar su vida, convirtiéndose en fugitivo. Con el tiempo, se estableció en el desierto de Madián y se convirtió en pastor de ovejas.

Moisés se adelantó al plan de Dios

Al igual que Moisés, en ocasiones también nos adelantamos al plan de Dios, al tomar decisiones apresuradas sin considerar las consecuencias.

• Se enfocó en un suceso en lugar del panorama completo. Los hebreos, quienes buscaron refugio en Egipto cientos de años antes, fueron forzados a ser esclavos por el faraón, quien les amargaba la vida con labores difíciles. Cuando Moisés vio el maltrato que sufría uno de su pueblo, se enfocó en la injusticia de esa situación específica y no pensó más allá. No se dio cuenta de que la solución al problema era una tarea que solo Dios podía hacer. El plan divino para liberarlos no se llevaría a cabo sino 40 años después.

• Se guió por su razonamiento en lugar de escuchar a Dios. Eso es lo que casi siempre hacemos. Examinamos la situación y llegamos a una conclusión equivocada respecto a lo que debemos hacer, basándonos en nuestro entendimiento limitado. En cambio, Dios sabe cuál es la mejor manera de proceder y está dispuesto a brindarnos su ayuda si buscamos su dirección.

• Actuó por impulso en lugar de buscar lo que Dios quería que hiciera. Su deseo era defender al esclavo hebreo, pero no pensó en las consecuencias. A pesar de que defender a los desprotegidos es bueno, Moisés debió haber considerado si su acción impulsiva era la manera más sabia de proceder.

La gente tiende a reaccionar de manera precipitada por diversas razones:
 • Por su actitud ante la situación.
 • Por su prejuicio en la situación.
 • Por su egoísmo.

Cuando actuamos de manera impulsiva corremos más riesgos de tomar decisiones que luego lamentaremos. Dios desea que primero busquemos conocer su voluntad en torno a la situación que enfrentamos.

• Actuó con su propia fuerza en lugar de la de Dios. La fuerza humana es muy limitada, pero el Señor es Todopoderoso. Más adelante, Dios demostró su poder al liberar a los hebreos de Egipto y al destruir al ejército egipcio en el mar Rojo.

• Actuó con ira. Si nos aferramos al enojo en vez de perdonar de inmediato, se mantendrá en nuestro corazón hasta que una situación lo haga estallar (Ef 4.26). Eso nos hará más propensos a reaccionar de una manera vergonzosa, hiriente o destructiva.

• No consideró las consecuencias. En vez de reaccionar de manera impulsiva ante una situación, debemos pensar con seriedad en las consecuencias a largo plazo. Algunas decisiones traen consecuencias que pueden durar toda la vida.

En armonía con el plan de Dios

Para que podamos tomar decisiones sabias, debemos andar conforme a la voluntad de Dios y no dejarnos guiar por lo que creamos que es mejor. Si buscamos vivir a su manera, podemos esperar los siguientes beneficios:

• Dios proveerá todo lo que necesitemos. Cuando tenemos una relación personal con el Señor del universo, podemos venir a Él confiadamente con nuestras peticiones, con la seguridad de que suplirá nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria (Fil 4.19).

• Dios nos dará instrucciones específicas. Sin embargo, la única manera de recibir su dirección es mediante su Palabra. No debemos cometer el error de solo orar por lo que nos concierne sin buscar en la Biblia lo que Él desea decirnos. No sabemos lo que el futuro nos depara, pero Dios sabe cada detalle del pasado, presente y futuro, y nos ha dado su Palabra como guía. En las Sagradas Escrituras encontramos todo lo que necesitamos saber para que podamos vivir conforme a su voluntad. Sin ella, nunca sabríamos lo que Él desea que hagamos. De hecho, no podemos llevar la vida cristiana sin nutrirnos de sus enseñanzas cada día.

• Dios nos quitará el temor. Como no sabemos lo que nos depara el futuro, tomar decisiones puede ser una experiencia aterradora, pues desconocemos las consecuencias que pueden acarrear. Pero cuando buscamos la guía de Dios mediante su Palabra, Dios reemplaza nuestro temor con confianza en Él.

• Veremos a Dios actuar de maneras inusuales. Sin embargo, debemos confiar y esperar en su tiempo. Si no responde de inmediato a nuestra petición, es porque sabe que en verdad no estamos listos para recibirlo, o quizás no sea el momento indicado. Si deseamos palpar el poder de Dios en nuestra vida, debemos leer la Biblia, esperar con paciencia y confiar en que responderá en el momento preciso.

• Aprenderemos los caminos de Dios. Si buscamos su dirección al leer y obedecer su Palabra, veremos cómo obraba en los tiempos bíblicos y cómo obra en nuestras vidas. Si en verdad deseamos conocer más al Señor, debemos adquirir un conocimiento más profundo de su Palabra.

• Dios usará nuestras debilidades y flaquezas. Nuestras insuficiencias y necesidades nos llevan al Señor en oración. Por tanto, no debemos verlas como algo negativo, sino como un medio que Dios usa para acercarnos a Él.

• En un breve lapso de tiempo Dios puede lograr más de lo que nosotros podemos lograr en toda una vida. El Señor puede alcanzar mucho más que lo que podríamos llegar a hacer por nuestras propias fuerzas. Así que, siempre debemos buscar su dirección en vez de precipitarnos a tomar las riendas.

REFLEXIÓN

  • Al tomar decisiones, ¿se enfoca usted más en la situación que enfrenta o en las consecuencias que pueden surgir como resultado de una decisión repentina? ¿Cuál ha sido el resultado cuando ha actuado de forma impulsiva sin haber buscado la dirección de Dios?
  • ¿A quién acude para buscar ayuda antes de tomar decisiones? ¿Qué lugar tiene la Palabra de Dios en este proceso? Cuando recibe dirección por medio de la Biblia, ¿obedece de inmediato, o busca excusas para no aplicar esa enseñanza en su situación?

Enlace de descarga

Este mensaje es parte de la serie Lecciones que aprendemos de la vida de Moisés.

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