En este mensaje, el Dr. Stanley examina el modelo de humildad que se refleja en la vida del Señor Jesucristo. La noche anterior a su crucifixión, oró tres veces pidiendo que se cumpliera la voluntad de Dios. Humillarnos implica someternos a nuestro Padre celestial, reconociéndolo como el soberano de nuestras vidas y viviendo en obediencia a su voluntad.
Bosquejo del Sermón
La humildad verdadera puede parecer inalcanzable, pero las Sagradas Escrituras nos dan un modelo específico a seguir. Si anhela entregarse a Dios por completo, escuche con atención lo que el Dr. Stanley explica en relación a cuán importante es la humildad en nuestra vida y detalla el ejemplo que Jesucristo nos ha dejado.
Pasaje clave: Filipenses 2.1-11
Lecturas de apoyo: Miqueas 6.8; Mateo 11.28-30; Juan 10.18; 13.3-5; Colosenses 1.15, 16
Es probable que usted sepa muy bien cuáles son las bendiciones que anhela recibir; como por ejemplo, provisión, protección, aceptación y amor de Dios. Pero ¿se ha preguntado qué es lo que el Señor desea para usted? Es muy probable que sea mucho más de lo que se imagina.
► “La humildad no es sinónimo de debilidad. Jesucristo fue sin duda un hombre humilde”.
La humildad…
No es atractiva para una sociedad que solo se interesa en el poder, la satisfacción y la prosperidad.
Es indispensable en nuestro andar de fe y es la clave para las bendiciones del Señor.
Se define en Filipenses 2.1-11, en donde se nos muestra un modelo para la humildad, basado en el ejemplo de Jesucristo.
Es una mansedumbre de espíritu que no busca la exaltación propia.
Es nuestra cuando tenemos la visión espiritual correcta de nosotros mismos.
Requiere reconocer que Dios es quien provee todo lo que tenemos.
Significa vivir sin jactancia ni arrogancia.
El modelo de humildad requiere una autoevaluación que sea…
1. Sincera
Podremos ver los aspectos que nos gustan de nuestra vida —y algunos que no.
Desearemos vernos como Dios nos ve.
2. Valiente
Aun cuando no nos guste lo que vemos, debemos estar dispuestos a seguir en este proceso.
También debemos reconocer que solo Dios puede cambiarnos.
Dios nos pide buscar la justicia, la bondad y la humildad (Mi 6.8).
La humildad fue evidente en Jesucristo.
Pablo nos llama a tener el mismo sentir que hubo en el Señor (Fil 2.5).
Para someterse a la voluntad de su Padre celestial, a pesar de ser igual a Dios, Cristo se despojó de su poder divino, gloria y majestad para convertirse en un siervo obediente (Fil 2.6-8).
Jesucristo enfrentó la burla. Es muy probable que nosotros también tengamos que enfrentarla, pero Dios se encargará de aquellos que se burlan de la humildad cristiana.
Al humillarnos Dios nos exalta (Fil 2.9-11).
► “La humildad está en el centro de la vida cristiana: un requisito para ser salvos, para que nuestras oraciones sean respondidas y para recibir las bendiciones de Dios”.
La humildad fue evidente en las enseñanzas de Jesucristo.
Nos enseña que debemos ir a Él, y aceptar su yugo, el cual es ligero (Mt 11.28-30).
Jesús, siendo Rey de reyes, lavó los pies de sus discípulos (Jn 13.3-5).
Así como nuestro Salvador, también debemos estar dispuestos a obedecer a Dios y a servir a otros, sin importar lo que eso requiera.
La humildad consiste, en última instancia, en someter nuestra voluntad y rendirnos a la voluntad de Dios.
Después de ver el sermón
¿Ha habido ocasiones en su vida en las que ha actuado motivado por el orgullo y no por la humildad? ¿Qué aprendió de esas experiencias?
Dos de las herramientas más efectivas para ser humilde son agradecer a Dios y confesarle nuestros pecados a diario. Durante este mes, aparte algunos minutos a solas para practicar ambas herramientas, y observe lo que ocurrirá.