El acontecimiento que define nuestra fe y nuestra Iglesia es la resurrección de Cristo. El Calvario no solo demostró el poder de Cristo sobre la muerte, sino también la capacidad de Dios de cumplir su Palabra. El Dr. Stanley nos recuerda que, sin este acontecimiento el cristianismo perdería su mensaje de que Cristo vino al mundo a morir por nuestros pecados y triunfar sobre la muerte.
Bosquejo del Sermón
EL MENSAJE DE LA RESURRECCIÓN
PASAJES CLAVE: Lucas 24.1-9
LECTURAS DE APOYO: Mateo 16.21; 17.1-4,22, 23; 28.18 | Juan 3.16; 6.37-40; 11.23-26; 14.2, 3; 15.1-5 | 1 Corintios 15.23, 49-57 | 2 Corintios 5.6, 8 | Efesios 1.7 | 1 Tesalonicenses 4.13-17 | Hebreos 7.25; 9.11-14, 24; 10.12 | 1 Juan 2.1, 2; 3.1-3 | Apocalipsis 1.3; 21.1-5, 27
INTRODUCCIÓN
Al visitar la tumba de Lenin en Rusia, pude ver el cadáver de un hombre en una vitrina de cristal. En vida, causó una sangrienta revolución, esclavizó a su gente e hizo añicos los sueños de su pueblo. Mientras que, la tumba que visité en Jerusalén estaba vacía, pues Cristo había resucitado. Él comenzó una revolución de salvación, la cual libera a su pueblo del pecado. ¡Qué gran diferencia entre esas dos tumbas y los hombres que estuvieron en ellas! Lenin transmitió un mensaje de tristeza y desesperación; mientras que Cristo proclamó un mensaje de vida eterna.
DESARROLLO DEL SERMÓN
En varias ocasiones Jesucristo les dijo a sus discípulos que tendría que ir a Jerusalén para sufrir en manos de los líderes religiosos, morir y resucitar al tercer día (Mt 16.21). Todo ocurrió tal y como les había dicho. En la actualidad conocemos los sucesos relacionados a la resurrección, pero hay enseñanzas más profundas sobre lo que ocurrió ese día.
El primer mensaje es que Jesucristo está vivo.
Hebreos 10.12 declara que después de su resurrección, el Señor dijo que: “se ha sentado a la diestra de Dios”. Pero, ¿qué es lo que hace en el cielo?
- Intercede por nosotros. En Hebreos 7.25 afirma que: “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”.
- Es nuestro abogado defensor. 1 Juan 2.1 dice: “si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”. Nuestro Salvador nos representa ante el Padre al interceder por nosotros.
- Nos prepara un lugar en la casa de nuestro Padre (Jn 14.2, 3). Mientras lo prepara para nosotros, espera el momento en el plan de su Padre, en el que regresará por nosotros, para llevarnos a ese hogar celestial.
- Vive en el corazón de cada hijo de Dios por medio de la presencia del Espíritu Santo. Esta relación personal se describe en Juan 15.5 con una ilustración: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
El segundo mensaje de la resurrección es que nuestros pecados han sido perdonados, y estamos seguros en Cristo por la eternidad.
No debemos temer a ser condenados por el pecado. En Efesios 1.7 (NVI) nos asegura: “En él (Jesucristo) tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia”.
Jesucristo pagó en la cruz la deuda de nuestros pecados. Sin embargo, en vez de sufrir la muerte eterna, está en el cielo como nuestro Sumo Sacerdote. “Por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención” (Heb 9.12). El hecho de que resucitó de los muertos es prueba de que el Padre aceptó el sacrificio de su Hijo como Cordero de Dios.
Como resultado, todos los que depositan su confianza en Cristo como Salvador tienen la seguridad de la vida eterna. El Señor dijo: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Jn 6.37). Además, para enfatizar nuestra seguridad, también declaró: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Jn 6.40).
El tercer mensaje de la resurrección es que loscreyentes en Cristo vivirán por la eternidad.
Después de la muerte de Lázaro, Jesucristo tuvo una conversación con Marta, en la cual le aseguró que su hermano viviría de nuevo. Le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Jn 11.25,26). Esto puede parecer como una contradicción, pero el Señor se refería a dos tipos de muertes. Para los creyentes en Cristo, la muerte física es tan solo una puerta al cielo. Nuestros cuerpos son puestos en la tumba, pero nuestro espíritu llega a la presencia de Dios (2 Cor 5.6); y esa es la única muerte que sufriremos. Por el contrario, aquellos que no conocen al Señor, mueren de manera física y luego permanecerán por la eternidad en el lago de fuego.
Los creyentes en Tesalónica estaban preocupados por sus seres queridos que ya habían fallecido después de confiar en Cristo. Pero Pablo les hizo una reafirmación en 1 Tesalonicenses 4.13-17. Cuando el Señor regrese traerá las almas de aquellos que han muerto en Él, y entonces nos reunirá con cuerpos resucitados. Luego, los cristianos que aún estén vivos seremos transformados con cuerpos glorificados, para unirnos en el aire con los santos resucitados y encontrarnos con el Señor.
El cuarto mensaje es que experimentaremos una resurrección corporal.
El primero en resucitar con un cuerpo glorificado fue Jesucristo. La próxima resurrección será para “los que son de Cristo, en su venida” (1 Cor 15.23). El cuerpo que recibiremos será diferente del que tenemos ahora. Nuestros cuerpos actuales se deterioran y no pueden entrar en el cielo; pero Dios nos dará cuerpos gloriosos, libres de pecado y corrupción (1 Cor 15.50).
Juan también menciona los cuerpos resucitados: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Jn 3.2). Ahora apenas podemos reflejar a Cristo, pero después de la resurrección, una vez que seamos liberados del pecado, podremos reflejar su gloria.
El quinto mensaje de la resurrección es que el cielo es nuestro hogar eterno.
Apocalipsis 21 y 22 nos dan un pequeño vistazo de nuestro futuro. Dios creará un cielo y una Tierra nueva, y su ciudad santa, la nueva Jerusalén, descenderá del cielo. “No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Ap 21.27). Lo más importante en relación al cielo es que Dios y su Hijo Jesucristo están ahí. Podremos ver su rostro y servirle por siempre (Ap 22.4, 5).
El sexto mensaje de la resurrección es que, gracias a que Cristo se levantó de los muertos, podemos afrontar el futuro con confianza, seguridad y perfecta paz.
Como el Señor mora en nosotros por medio de su Espíritu, nunca atravesamos los valles solos. Está con nosotros para fortalecernos, protegernos, guiarnos y animarnos en el camino. Y cuando nuestra jornada termine, nuestro Salvador nos estará esperando para darnos la bienvenida en el cielo.
REFLEXIÓN
- La resurrección de Cristo ha cambiado todo para nosotros. ¿Qué piensa de lo que el Salvador ha hecho por usted y le ha prometido?
- ¿La expectativa de su propia resurrección ha cambiado cómo usted vive su día a día? 1 Juan 3.3 afirma: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. ¿Se puede afirmar eso de usted?