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Sermón de TV

El dominio de Dios: Nuestra confianza, Pt. 3

Confíe en lo mejor de Dios y esté dispuesto a aceptar su sabiduría e instrucción.

2 de noviembre de 2024

Al Señor le encanta escuchar las fervientes oraciones de sus fieles seguidores. A veces Él responde con un rotundo “¡Sí!”. Pero a veces tenemos que esperar porque Él tiene algo mejor para nosotros. En este mensaje, el Dr. Stanley nos insta a confiar en lo mejor de Dios y a estar dispuestos a aceptar su sabiduría e instrucción.

Bosquejo del Sermón

Reconocer que Dios está en control es algo positivo, pero también puede llevarnos a cuestionar si nuestras oraciones, de verdad, son importantes. En el mensaje de hoy, el Dr. Stanley explica por qué sí lo son.

Pasaje clave: Salmo 103.19-22

Lecturas de apoyo: Éxodo 32.8-14; 1 Samuel 15.28, 29; Salmo 110.4; Jeremías 4.27, 28; 25.11, 12; 26.11-13; Santiago 1.17

¿Se puede cambiar la mente de Dios? ¿Orar ayuda en algo?

  “Dios tiene leyes y principios divinos que nuestras oraciones no pueden cambiar”.

La soberanía de Dios es absoluta, pero deja espacio para nuestras oraciones. Pone en nuestro corazón la carga de orar por aquello que desea hacer, porque…

1. Desea que seamos parte de sus obras, milagros y planes.

  • Nos escucha en todo momento, pero eso no significa que podamos cambiar su voluntad.

  • Nos desafía y nos exhorta a orar.

2. Cuando oramos y el Señor responde nuestras oraciones, aumenta nuestra fe.

  • Esto se hace más palpable cuando oramos por algo que parece imposible, o cuando clamamos durante un período largo de tiempo.

  • “Mientras más estemos de acuerdo con la voluntad de nuestro Padre celestial, más hará en nuestra vida”.

3. Quiere que vivamos en dependencia de Él.

  • El depender del Señor nos acerca más a su presencia.

  • Mientras más dependamos de Dios, más oraremos y más lo amaremos, a medida que somos edificados en nuestra relación con Él.

4. Desea que vivamos de acuerdo con su voluntad y el plan y propósito que Dios ha trazado para nuestra vida.

  • Al orar, nuestro deseo de conocer, amar y servir a Dios aumenta.

  • Mientras más estemos de acuerdo con la voluntad del Señor, más desearemos ser parte de sus planes.

  • Es nuestro Padre celestial quien pone en nosotros el deseo de orar por algo. De igual manera, es Él quien quita de nuestras oraciones aquello que no es parte de su voluntad.

  “Cuando oramos, cada área de nuestra vida es bendecida, ya sea que recibamos o no lo que hayamos pedido”.

 ¿Puede la oración hacer que Dios cambie de parecer?

  • Si algo no es parte de su voluntad, no importa con cuánto fervor oremos, nada le hará cambiar lo que ya ha determinado (1 S 15.28, 29; Sal 110.4;
    Jer 4.27, 28).

  • El motivo de la ira de Dios hacia su pueblo fue para probar la devoción de Moisés como líder, no para ser persuadido por su siervo. Ya sabía que Moisés iba a interceder por ellos (Ex 32.8-14).

  • No hay mudanza, ni sombra de variación en Dios (Stg 1.17).

  • En ocasiones Dios establece condiciones y va a ceder si estas son cumplidas (Jer 26.11-13).

Después de ver el sermón

  • ¿Acaso puede recordar alguna petición de oración contestada que aumentara su fe?

  • ¿Será que en alguna ocasión el Señor ha puesto una carga en su corazón para que ore por algo en específico? ¿De qué forma cambió la situación? ¿Hubo un cambio en su vida? De ser así, ¿qué cambió?

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