Cuando no vivimos según las promesas de Dios, pedimos cosas que no están dentro de su voluntad ni tienen fundamento en las Sagradas Escrituras. Si queremos respuestas a nuestras oraciones, necesitamos pedirle al Señor lo que esté arraigado en su Palabra. En este mensaje, el Dr. Stanley narra cómo Dios le enseñó a confiar en la Biblia y habla de principios bíblicos que nos ayudarán a hacer lo mismo.
Bosquejo del Sermón
Esperar a que una promesa de Dios se haga realidad, casi siempre requiere de paciencia, persistencia y atención. En este mensaje, el Dr. Stanley usa el ejemplo de Abraham para ilustrar cómo llegan las grandes promesas del Señor.
Pasaje clave: Génesis 12.1-3
Lecturas de apoyo: Génesis 12.6-10; 15.1-7; 16.4; 17.16, 17; 22.1-5
Dios desea que vivamos confiados en sus promesas; pero muchos dudan de Él o no han comprendido su manera de obrar.
Hay varias razones por las que nuestras oraciones no son contestadas. Quizás…
Pedimos aquello que no es parte de la voluntad de Dios.
Dudamos que recibiremos algo de Él.
Nuestras peticiones no están ancladas a una promesa del Señor.
No estamos dispuestos a esperar por sus bendiciones.
► En ocasiones las personas piensan que Dios no tiene un propósito específico para ellas; pero están equivocadas. Sí lo tiene, y desea alcanzar algo por medio de usted”.
Hay principios que dirigen el cumplimiento de las promesas de Dios. En todo momento debemos recordar que sus promesas…
Se manifiestan con claridad. Nunca será algo confuso, turbio o incierto.
Vienen con guía (Gn 12.1, 6). El Señor desea estar involucrado a nivel personal en cada área de nuestra vida, pues sabe que enfrentamos situaciones difíciles.
Requieren meditación para buscar la dirección de Dios (Gn 12.7, 8). Como creyentes en Cristo, somos moldeados por Él. Escribir lo que hemos aprendido puede ayudarnos a recordar lecciones del pasado.
► “Tenemos que permanecer en la Palabra de Dios. Quizás piense que puede vivir sin ella, pero se meterá en problemas cada vez que lo intente”.
Cambiar de rumbo del camino de Dios, indica que dudamos de la promesa de Dios (Gn 12.10). Abraham se salió del camino al dirigirse a Egipto. Nunca debemos depender de nuestras propias soluciones.
Dios renovará su promesa si seguimos su voluntad (Gn 15.1-7). Nos dará la seguridad de que avanzamos en su camino, aunque sea algo difícil.
El seguir malos consejos, puede causar que ignoremos las promesas de Dios y nos salgamos de su voluntad (Gn 16.4). Abraham siguió el consejo de Sara de tener un hijo con Agar. Mantenernos en el plan de Dios es mejor, aunque este parezca no tener sentido.
La promesa de Dios puede parecer imposible desde nuestra perspectiva (Gn 17.16, 17). Tanto Abraham como Sara pensaron que eran demasiado viejos para tener un hijo, pero la perspectiva de Dios iba más allá que la de ellos.
► “Vivimos guiados por las promesas y en obediencia, no por nuestro razonamiento o sentimientos. Porque algunas cosas pueden parecer ilógicas”.
Puede que Dios nos pida algo que parece poco razonable y que va en contra de lo que nos ha prometido (Gn 22.1, 2). Se le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo, a través del cual se cumpliría la promesa de Dios. Cuando experimentamos la fidelidad de Dios, podemos llegar a confiar en Él, incluso si parece muy extremo.
Puede llevarnos a entregar a Dios algo muy valioso para nosotros (Gn 22.3-5). Aferrarnos a lo que el Señor nos ha pedido que entreguemos, no edificará nuestra confianza. La obediencia es la clave.
Después de ver el sermón
El pasaje de hoy nos muestra cómo Dios tiene un propósito con todo lo que vivió su siervo Abraham. Esto también es una realidad en nuestra vida. Esta semana, pídale al Señor que le muestre con claridad las metas que tiene para usted.
Las Sagradas Escrituras están llenas de ejemplos que requirieron que los hijos de Dios confiaran en Él. Lea 1 Reyes 17.8-16 y Juan 21.1-8. ¿Qué nos enseñan estas dos porciones bíblicas acerca de la capacidad que Dios tiene para proveer?