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Sermón de TV

Cuando nos sentimos inferiores

Cuando tenga sentimientos de inferioridad, recuerde que usted es una preciosa obra de arte creada por Dios.

17 de febrero de 2024

¿Tiene problemas para aceptar el amor de Dios debido a sentimientos de inferioridad? Si conoce al Señor, Él le ama y le considera una preciosa obra de arte creada por Él. No permita que sus sentimientos bloqueen la belleza de esta verdad. Recuérdese a sí mismo el gran amor de Dios.

Bosquejo del Sermón

CUANDO NOS SENTIMOS INFERIORES

PASAJE CLAVE: Efesios 2.10

LECTURAS DE APOYO: Juan 14.21, 23; 15.9, 10; 17.23, 24 | 1 Juan 2.1

INTRODUCCIÓN

Sentirnos inferiores es devastador.

Esta carga emocional, que casi siempre proviene de experiencias de la infancia, puede impedirnos alcanzar metas, mantener amistades saludables y sentir satisfacción. La realidad es que Dios nos ama y no somos inferiores, aunque el mundo diga lo contrario. En vez de esperar que alcancemos estándares imposibles, Dios, por su bondad, nos envuelve con su infinito amor, nos provee de su justicia por medio de Cristo y nos llama a confiar y obedecer.

DESARROLLO DEL SERMÓN

La inferioridad nos hace sentir que no estamos a la altura de los demás y que somos mediocres.

¿De dónde proviene ese sentimiento?

Este sentimiento no es algo con lo que nacemos, sino que lo aprendemos de diversas maneras.

  • La crítica verbal. Los padres pueden expresar rechazo y crítica a sus hijos. Tal vez les han dicho que no deseaban su llegada, o les han hecho creer que no llegarán a nada. Esas declaraciones son peligrosas en extremo para el corazón de un niño.

  • La comparación verbal. Los padres a veces hacen comparaciones entre sus hijos, o escogen a un favorito. En vez de escuchar los sueños y deseos de sus hijos, tratan de cumplir sus propias metas por medio de la vida de sus hijos.

  • Las circunstancias. Crecer en la pobreza puede dejar cicatrices en la vida de los niños, sobre todo si es rechazado como resultado de ello. Incluso lo que parece insignificante, como tener un vestuario diferente, puede hacerle sentir inferior. Para los niños tímidos, o que no tienen un nivel académico alto, las experiencias competitivas propias del ambiente escolar, combinadas con un maestro insensible o compañeros de clases crueles, puede ser devastador.

  • Las diferencias físicas. Algunos se sienten inferiores porque lucen diferentes o por alguna limitación física. Por ejemplo, la infertilidad puede hacer sentir a una persona indigna, ya sea hombre o mujer.

  • La falta de amistades cercanas. Tener amistades que honran a Dios es importante para nuestro bienestar. Algunos se sienten cohibidos por estar divorciados o solteros.

  • La falta de educación académica. Algunas personas se sienten inferiores porque no tienen una credencial o diploma académico alto, sin importar los éxitos que sí han alcanzado en otras áreas.

  • Bajo nivel de destrezas. Como cristianos, no debemos compararnos con otros, pues todos hemos recibido un llamado único.

  • La comparación financiera. Podemos sentirnos inferiores al ver cómo otros pueden darse lujos que no podemos costearnos. Sin embargo, los creyentes en Cristo debemos ser cuidadosos de no caer en deudas para impresionar a otros.

  • El descontento físico. En la sociedad superficial en la vivimos, es fácil enfocarnos en las apariencias físicas y sentirnos en un segundo plano. Cuando en realidad, debemos aceptarnos tal y como Dios nos ha creado.

¿Cuáles son las consecuencias?

  • El perfeccionismo. Una de las señales de sentirse inferior, es la necesidad de hacerlo todo sin equivocarse. Esto puede llevar a la procrastinación, pues esperamos hasta poderlo hacer todo a la perfección. Pero es mejor comenzar a tiempo, aun cuando cometamos errores. En ocasiones, el perfeccionismo es en realidad un intento para compensar errores del pasado. Debemos dedicar más tiempo a los desafíos que tenemos por delante, que a los errores que hemos cometido.

  • El ridiculizar a otros. Aquellos que se sienten inferiores, tienden a criticar a las demás personas, sobre todo a quienes han obtenido un éxito reciente. Intentan minimizar lo que otro ha hecho, en vez de celebrar y sentirse inspirado por el éxito de esa persona.

¿Cuáles son los pasos para sanar los sentimientos de inferioridad?

  • Comprender el punto de vista de Dios. Si usted ya ha nacido de nuevo, es un hijo de Dios y es su hechura, lo cual significa que es su obra maestra (Ef 2.10). Somos únicos y singulares. No hay nadie con quien podamos compararnos, pues el Señor no ha creado a nadie igual ni a usted ni a mí. Nuestro Padre celestial tiene un propósito específico para cada uno de nosotros.

  • Comprender el amor de Dios por nosotros. Nuestro Padre nos amó tanto, que envió a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz por nuestros pecados, para que pudiéramos ser justificados. Nos ha diseñado para cumplir con su llamado, y nunca nos crearía para ser inferiores.

    • Juan 14.21. Usted es amado por Jesucristo y por el Padre celestial (vea también Jn 14.23).

    • Juan 15.9. Usted es amado por Cristo, así como el Padre le amó a Él. En otras palabras, su amor para con usted es perfecto.

    • Juan 17.23. Dios el Padre le ama como ama a su Hijo.

    • Juan 17.24. El Padre le ama desde antes de la fundación del mundo.

  • Comprender las expectativas que Dios tiene de nosotros.

    • No espera perfección. El apóstol Juan, al expresar el sentir de Dios, dijo “hijitos míos” y no “adultos míos” (1 Jn 2.1).

    • El Señor sabe que no siempre haremos lo correcto. Cometeremos errores, y pecaremos contra Él, pero podemos pedir perdón y comenzar de nuevo.

    • Dios solo tiene dos expectativas: que confiemos en Él y lo sigamos. Si en verdad lo amamos, eso es lo que haremos.

    • Tome la decisión de reconocer que cualquier sentimiento de inferioridad es una mentira.

  • Orar al respecto.

Padre, te agradezco por haberme creado tal y como soy. Sé que no te equivocas; sé que no soy inferior. Gracias por las habilidades, talentos y dones específicos que me has dado, así como la misión que me has encomendado. Acepto quien soy como hijo tuyo. Aunque cometo errores, sé que me amas de manera incondicional. Ayúdame a vencer los sentimientos de inferioridad y a enforcarme en los planes que tienes para mi vida. Siempre obrarás para hacer de mí la persona que deseas que llegue a ser. Hoy escojo confiar en Ti y seguirte. En el nombre de Jesucristo oro, amén.

REFLEXIÓN

  • ¿Por qué cree que los sentimientos de inferioridad interfieren con nuestra habilidad para relacionarnos y alcanzar nuestras metas?

  • ¿Cuáles han sido las causas que le hacen sentir inferior a otras personas?

  • ¿Cómo el hecho de comprender y confiar en el amor y la aceptación de Dios le ha ayudado a vencer en esa área de su vida?

  • ¿Acaso hay algún pasaje de la Biblia que le exhorta a reconocer el valor que tiene como hijo de nuestro Padre celestial?

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