El yugo espiritual que el Señor Jesucristo nos ofrece es ligero: nos da paz y un espíritu tranquilo. En pocas palabras, no fuimos creados para cargar con penas y problemas solos. En este mensaje, el Dr. Stanley explica cómo podemos experimentar la seguridad de la presencia y el poder del Señor. Cuando nos rendimos, Él responde: “Confía en mí, y no habrá nada que no podamos manejar juntos. Camina conmigo y nunca estarás solo”.
Bosquejo del Sermón
Cuando se trata de cargas, no existe otro que pueda aligerarlas mejor que el Señor. Esa es la promesa que ha dado a los creyentes en Cristo. Hoy el Dr. Stanley nos comparte acerca de la paz que hemos recibido de Jesucristo, nuestro amoroso Salvador.
Pasaje clave: Mateo 11.28-30
Lecturas de apoyo: Marcos 10.46; Juan 4.5, 6; 14.27; Hebreos 13.5
Cada vez que vamos a la Biblia, el Señor tiene algo que decirnos. Es una oportunidad de leer sus invitaciones y de descansar en sus promesas.
► “Jesucristo no promete liberarnos de las cargas, sino hacerlas más llevaderas”.
Ponernos el yugo equivocado es muy fácil de hacer.
Esa carga puede hacernos sentir desgastados y abrumados; pero el Señor nos ofrece algo diferente (Mt 11.28, 29).
Poner el yugo de Jesucristo sobre nosotros significa disfrutar de una buena relación con Él.
Una vez que lo recibimos como nuestro Salvador y rendimos nuestra vida ante su señorío, Él promete llevar el peso de nuestras cargas.
Su yugo es una invitación a la libertad, a la cual hemos sido llamados a vivir.
Jesucristo comprende nuestras cargas.
Mientras vivió en este mundo, estuvo rodeado de personas necesitadas (Mr 10.46).
Fue humano y también sintió el cansancio físico (Jn 4.5, 6).
► “Se despierta cada mañana, es usted y Jesucristo. Va a la cama cada noche, es usted y Jesucristo. Todo gira en torno a esa relación personal”.
El yugo de Jesucristo…
Es un recurso espiritual, el cual no añade peso alguno, aunque ofrece descanso.
Implica que se realizará una cierta cantidad de trabajo, como cuando dos bueyes se unen.
Implica aprendizaje.
Requiere confianza.
Incluye su presencia prometida (He 13.5).
Demanda rendición.
Concede su paz, la cual es diferente a la que el mundo ofrece (Jn 14.27).
Requiere una decisión.
► “Cuando estamos bajo el yugo de Cristo, avanzando con Él y obedeciéndolo, todo el peso va sobre nuestro Señor”.
Para estar en yugo con Jesucristo tenemos que…
Reconocer que lo necesitamos.
Recibir su perdón.
Avanzar a su paso y en la misma dirección que Él.
Vivir de acuerdo a su voluntad.
Después de ver el sermón
¿En qué área de su vida requiere descanso hoy? Piense en alguna carga que siempre tenga presente en su mente. Pídale a Jesucristo que le ayude a ponerla en sus manos.
¿Se encuentra caminando con el Señor? Esta semana, trate de identificar algún área en su vida que le ha hecho quedarse atrás, adelantarse o salirse del curso que Dios ha trazado para su vida.