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Sermón de TV

Cómo sobrevivir en nuestra cultura

Aprenda a ser un seguidor comprometido de Jesucristo a pesar de cómo actúa el mundo.

2 de julio de 2022

El Dr. Stanley explica que existen dos clases de cristianos. Están los que son seguidores comprometidos de Jesucristo y están los que son carnales y egocéntricos porque se han dejado enredar por la cultura en la que viven. Aprenda cómo sobrevivir en nuestra cultura.

Bosquejo del Sermón

CÓMO SOBREVIVIR EN NUESTRA CULTURA
PASAJE CLAVE
: 1 Corintios 3.1
LECTURA DE APOYO: Salmo 119.11 | Isaías 40.8 | Tito 1.5-16
INTRODUCCIÓN

La cultura actual no es amiga de los cristianos.

Por tanto, debemos aprender a vivir en un mundo que se opone a nuestras creencias y estilo de vida, sin dejarnos vencer. Eso fue lo que sucedió con la iglesia en Corinto. Permitieron que la cultura que los rodeaba afectara sus creencias y no pudieron recibir el mensaje de Pablo como creyentes maduros, pues aún eran bebés en la fe (1 Co 3.1).

Lo mismo puede sucedernos en nuestros días. Algunos creyentes viven comprometidos con Cristo, mientras edifican su madurez espiritual, dependen del Espíritu Santo, lo obedecen y confían en Él como su Señor. Sin embargo, hay otros que son lujuriosos e inmaduros, pues han cedido ante la cultura y han adoptado sus ideas, valores y prácticas.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Después de que Pablo partiera de Creta, escribió una carta para instruir a Tito, un pastor local. La cultura de Creta era similar a la nuestra, con gente rebelde y vanidosa. Pablo le dijo a Tito que escogiera en las iglesias ancianos que fueran “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tit 1.9).
Mantenernos firmes en la Palabra de Dios es la clave para no ser vencidos por el mundo. Nos rodea una cultura secular, la cual está dominada por materialismo, inmoralidad y perversión. Las personas viven desafiando los mandamientos de Dios, pues creen que pueden hacer lo que les plazca sin sufrir las consecuencias.

El peligro que enfrentamos es la influencia sutil de esa cultura. Infiltra nuestros pensamientos a través de los medios de comunicación. No solo daña nuestras vidas, sino también las de nuestras familias e iglesias con sus filosofías, ideas y valores. La única manera de combatirla es aferrándonos a la Palabra de Dios como nuestra única guía.
¿Por qué debemos aferrarnos a la Palabra de Dios?

  • La naturaleza de la Biblia
    • Este es un Libro único, pues Dios es su autor. Fue su Espíritu quien inspiró a varios hombres para que documentaran sus pensamientos de manera escrita. La Biblia nos revela a Dios, y nos enseña de su poder, sus obras, su carácter, su plan de redención y su dirección para la humanidad.
    • La Biblia es el cimiento para nuestras creencias y la verdad. No nos regimos por nuestra opinión, sino por los principios bíblicos que moldean nuestra conducta, conversaciones y carácter.
    • La Biblia tiene valor eterno. Los seres humanos, junto con sus filosofías e ideas, son como la hierba del campo, la cual florece para enseguida marchitarse, “mas la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Is 40.8). El mundo afirma que la Biblia es arcaica y no es relevante. Hay algunos que hasta piensan que es un Libro que promueve odio, pues no desean reconocer su estilo de vida pecaminoso. Sin embargo, no importa cuánto sea injuriada y atacada, nunca podrá ser destruida. El Señor la ha preservado a través de la historia de la humanidad porque es su Palabra eterna.
  • Dios nos dio la Biblia...
    • Para ser salvos. El evangelio es su plan de salvación por medio de su Hijo Jesucristo. Nos declara cómo podemos recibir el perdón de nuestros pecados por medio de la fe y ser así reconciliados con nuestro Creador.
    • Para vivir en santidad. Al aferrarnos a sus enseñanzas somos transformados.
    • Para conocer la verdad y defender la fe.
  • El poder de Biblia
    Como Dios es Todopoderoso, su Palabra también lo es. Tiene poder para transformarnos y para ayudarnos a vivir como le agrada a Dios.
    • Provee esperanza y socorro durante tiempos difíciles.
    • Ofrece dirección y sabiduría.
    • Alivia nuestras cargas.
    • Produce gozo, paz, confianza y valentía.
    • Nos aleja del pecado. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Sal 119.11).
    • Nos atrae a Dios si nos hemos extraviado.
    • Nos da lo que necesitamos para identificar y refutar el pecado y para guardarnos de falsas doctrinas e ideas.
    • Nos da seguridad y capacita para servir al Señor.

La Biblia es nuestra ancla en medio de una sociedad corrupta.
El mundo hace todo lo posible para alejarnos del Señor. No puede robarnos la salvación, pero sí engañarnos y tentarnos para que nos soltemos de nuestra ancla. Por eso debemos ser diligentes y aferrarnos a la Palabra de Dios al:

  • Mantener una fe inquebrantable. Las dudas sobre la veracidad de la Biblia casi siempre llegan cuando descartamos los pasajes bíblicos que prohíben lo que deseamos hacer o nos ordenan aquello que no queremos seguir. En poco tiempo reescribimos la Biblia al apegarnos solo a esas porciones que deseamos aceptar y ponemos a un lado todo lo demás. Aunque hay muchos pasajes que no podemos comprender o quizás no sean de nuestro agrado, lo correcto es reconocer que toda la Palabra de Dios es confiable.
  • Aplicar las Sagradas Escrituras a nuestra vida. Las verdades bíblicas no solo son el cimiento de nuestras creencias, sino también el mensaje en nuestro corazón, mente, labios y ojos. Si deseamos vivir en santidad, debemos llenar nuestra mente con la pureza de la Palabra de Dios. Cada decisión que tomemos debe ser guiada por principios bíblicos.

¿Cómo podemos aferrarnos a la Biblia?

  1. Leyéndola con detenimiento.
  2. Meditando en ella a diario.
  3. Estudiándola con seriedad.
  4. Creyendo en ella de todo corazón.
  5. Obedeciéndola con constancia.
  6. Aplicándola de manera personal.
  7. Compartiéndola con seguridad y confianza.

¿Qué sucede cuando no nos aferramos a las enseñanzas de la Biblia?

  • La creencias del mundo capta nuestra atención.
  • El mundo se gana nuestra simpatía.
  • Nuestro enfoque se redirige del Señor hacia el mundo.
  • Temas seculares dominan nuestras conversaciones.
  • El mundo influye en nuestra manera de vestir.
  • La sociedad influye en lo que decidimos escuchar.
  • Usamos nuestro dinero para los asuntos del mundo.
  • Solo le dedicamos tiempo a las cosas del mundo.
  • Arruinamos nuestro testimonio.
  • Somos guiados a la idolatría.

Lo triste con aquellos creyentes que ceden ante la influencia del mundo es que, a pesar de que son salvos, desperdician sus vidas. La única solución es arrepentirse, al alejarse del mundo, para regresar al Señor y a su Palabra.
REFLEXIÓN

  • ¿Qué le influencia más, el mundo o la Biblia?
  • ¿Acepta todo lo que sucede en la actualidad o ve cuán corrupta ha llegado a ser nuestra sociedad?
  • ¿Qué efecto causan los medios de comunicación en su manera de pensar, sus actitudes, emociones y conducta? ¿Cuánto tiempo le dedica en comparación con la Palabra de Dios?

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