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Sermón de TV

Cómo proteger nuestra paz

Vaya más allá de sus circunstancias presentes y gane una sensación de paz permanente que solo proviene de Jesucristo.

28 de septiembre de 2024

¿Experimenta usted paz solo como un momento fugaz de calma, que desaparece por la dura realidad que enfrenta? En este mensaje, el Dr. Stanley nos recuerda que no debemos permitir que nuestras circunstancias determinen nuestro nivel de paz. Aprenda cómo acceder y proteger la paz que el Señor Jesucristo les prometió a sus discípulos.

Bosquejo del Sermón

Incluso mientras crecemos en el Señor, podemos llegar a sentirnos desanimados por el dolor y las dificultades de este mundo. La perfecta paz que teníamos en el Salvador puede deteriorarse, dejándonos con la incógnita de qué fue lo que sucedió. En el sermón de hoy, el Dr. Stanley explica cómo la ansiedad puede llegar a controlarnos, y los pasos que debemos dar para prevenir que suceda.

Pasaje clave: Filipenses 4.4-7

Lecturas de apoyo: Juan 14.27; 1 Juan 5.14, 15

 ¿Puede usted afirmar que su vida se caracteriza por tener paz, o por tener ansiedad y preocupación, al punto de expresar la ira?

► “La paz de Dios no depende de ninguna situación específica en nuestra vida, porque la paz que ofrece va más allá de nuestras circunstancias”.

La paz de Dios…

  • Llega cuando recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador.

  • Es verdaderamente posible de alcanzar (Fil 4.6,7).

  • Consiste en la ausencia de la ansiedad, la duda y el temor.

  • Puede que tenga momentos de preocupación, pero no a un nivel dañino de ansiedad.

  • No es algo que se le ha prometido a los que viven fuera de la voluntad de Dios.

La preocupación se convierte en ansiedad cuando…

  • Desplaza nuestro deseo por la voluntad de Dios.

  • Nos precipitamos a tomar decisiones imprudentes.

  • La agitación es nuestro estado mental constante.

► “Pablo nos dice: ‘Por nada estéis afanosos…’. Eso no significa que escapamos de nuestra realidad, o que nos escondemos de las responsabilidades, o que no enfrentamos pruebas”.

A pesar de todas las dificultades de la vida, nuestra paz en Cristo está protegida por medio de…

  • La elección de vivir en obediencia y de experimentar su paz.

  • Las conversaciones diarias que tengamos con Dios, mientras reflexionamos en su Palabra (Fil 4.6).

  • Las oraciones y súplicas, en las que clamamos al Señor cuando enfrentamos grandes problemas (v. 6).

  • Las acciones de gracia que nos ayudan a alejar nuestra mirada de los problemas y recordar las bendiciones de Dios y su fidelidad en el pasado.

  • Las oraciones de intercesión. Estas son peticiones audaces y específicas (v. 6) que hacemos con la seguridad de que el Señor nos escucha y nos da aquello que es conforme a su voluntad (1 Jn 5.14, 15).

► “¡Cuando nos tropezamos con una dificultad, debemos traerla delante de la presencia de Dios! Debemos venir delante de Él inmediatamente, y no perderemos nuestra paz”.

La paz de Dios…

  • Fue prometida por Jesucristo (Jn 14.27).

  • Guardará nuestro corazón y nuestra mente (Fil 4.7).

  • Fue encontrada en Cristo por sus discípulos (v. 7).

  • Es diferente a la satisfacción que produce el dinero, la posición social, el poder o la fama.

  • Es un regalo que podemos disfrutar sin importar la situación que enfrentemos.

  • Desplazará cualquier destello de ansiedad si venimos de manera inmediata ante Dios y ponemos esa situación en sus manos en oración.

Después de ver el sermón

  • Intente el desafío del Dr. Stanley: Examine su vida y determine un área que le preocupa, pues piensa que Dios no puede lidiar con ese asunto. Ore para que el Señor le ayude a aumentar su confianza, y luego deje esa preocupación en las manos de nuestro Padre celestial.

  • ¿Se encuentra “atorado en el fango” en relación a cierto problema que enfrenta? Lea el Salmo 121 y levante sus ojos hacia Aquel quien es su mayor protector y ayudador.

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