Dondequiera que miremos, la gente está preocupada por algo. Pero la ansiedad y la frustración no forman parte del plan de Dios para nuestras vidas. El Dr. Stanley utiliza las Sagradas Escrituras para explicar cómo la ansiedad puede ser natural pero, dejada en nuestras manos, puede convertirse en un problema mucho mayor. La ansiedad debe ser algo pasajero, cuando la ponemos en las manos del Padre que conoce todas las cosas.
Bosquejo del Sermón
La preocupación es una reacción humana ante el mundo en el que vivimos. Tal vez por eso Jesucristo tocó este tema de forma tan directa y amorosa mientras vivió en este mundo. Deseaba que supiéramos que no tenemos por qué vivir de esa forma. En el sermón de esta semana, el Dr. Stanley nos muestra cómo la fe es la respuesta a la ansiedad.
Pasaje clave: Mateo 6.25-34
Lecturas de apoyo: 1 Pedro 5.7
En nuestro mundo moderno, las personas se preocupan por diversas cosas, y la ansiedad puede llegar a dañar mucho más que nuestro cuerpo físico. Sin embargo, como creyentes en Jesucristo, podemos vivir de tal manera que la preocupación no controle nuestra vida.
► “Dios nos ha dado la capacidad de despojarnos de las preocupaciones, para que no nos vayamos a dormir con ellas”.
La ansiedad y la preocupación son similares. Estas actitudes…
Son peligrosas porque dividen nuestra mente y nos afligen.
Son distracciones para la mente, el corazón, el alma y el espíritu.
Pueden ocurrir por un momento breve o por largas temporadas.
Son reacciones a nuestras circunstancias.
Son mencionadas por Jesucristo en Mateo 6.25-34.
Tienen una solución preparada por Dios para nuestro bien.
Pueden ser “echadas afuera” (1 P 5.7).
► “Dios no es la fuente de la ansiedad. Él es la fuente de paz, confianza y seguridad”.
Las causas de nuestra ansiedad incluyen…
Sentir que no somos capaces. Nuestra autoestima debe estar basada en que para Dios somos lo más valioso (Mt 6.26).
Tratar de cambiar aquello sobre lo que no tenemos control. Preocuparnos por aquello que no podemos cambiar resulta infructuoso (Mt 6.27).
Dejar de confiar en Dios para que supla nuestras necesidades. Es normal que tratemos de satisfacer nuestras necesidades; pero al mismo tiempo, tenemos que estar convencidos de que el Señor es nuestro proveedor (Mt 6.28-32).
Tener las prioridades equivocadas. Cuando le damos a Dios el primer lugar, Él nos da lo que necesitamos (Mt 6.33).
Tratar de controlar el futuro. No siempre ocurrirá aquello que hemos planificado. Por eso debemos someternos al tiempo y la voluntad de Dios.
► “‘Buscar primeramente su reino’ significa vivir en santidad, de tal manera que Jesucristo sea evidente en nuestra vida”.
Existen varias maneras en las que podemos fortalecer nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor. Podemos…
Decidir que Dios sea el primer pensamiento que llegue a nuestra mente cada día.
Decirle: “Si vas a guiarme, te seré obediente. Te entrego toda mi vida hoy, y confío en que suplirás para mis
necesidades”.Reconocer que solo tenemos dos opciones, o nos afanamos o confiamos en la provisión del Señor.
Después de ver el sermón
El Dr. Stanley dijo: “Dios asume toda la responsabilidad en cuanto a nuestras necesidades, si lo obedecemos”. ¿De qué manera ha sido esto una realidad en su vida?
Si está lidiando con la ansiedad, dedique unos minutos para hacer una lista de aquello que le preocupa. Cada día en la mañana, use esa lista para orar: Señor, me siento ansioso en relación a ________________, pero lo deposito en tus amorosas y confiables manos. Ayúdame a aprender a confiar en Ti cada día. En el nombre de Jesucristo, amén.
