Comprender la importancia de la verdad no es suficiente. Podemos ver por nuestros fracasos pasados que la deshonestidad nunca vale pena. Por tanto, debemos cultivar la honestidad en nuestros corazones y mentes, al reconocer que la veracidad es un principio fundamental para la vida, y al llenar nuestras mentes con la Palabra de Dios. Entonces, nos convertiremos en personas confiables cuyas palabras son verdaderas.
Bosquejo del Sermón
CÓMO INFUNDIR LA VERDAD EN NUESTRA VIDA
PASAJE CLAVE: Efesios 4.17-25
LECTURAS DE APOYO: Éxodo 18.1-21; 20.16 | Juan 14.6; 18.38 | Gálatas 4.16 | Apocalipsis 1.5
INTRODUCCIÓN
La veracidad es la cualidad esencial del carácter de todo creyente en Cristo.
Si esa cualidad no existe, tanto los individuos como las naciones se desintegrarán internamente. Pero Jetro entendía bien este concepto y aconsejó a Moisés, su yerno, que nombrara solamente hombres que temieran a Dios y detestaran toda ganancia deshonesta en cualquier puesto de liderazgo (Ex 18.21). Pero lo cierto es que todos influimos en otros, por lo que debemos ser personas que conocen, hablan y practican la verdad en todo momento.
Aunque el mundo se resista a conocer la verdad, el Señor Jesús ha dicho que Él es la verdad y que ha dado a su iglesia el Espíritu de verdad a fin de que todos conozcamos y entendamos su Palabra. Sin embargo, no es fácil llegar a ser veraz ni tal virtud aparecerá automáticamente. Nosotros podemos y debemos estar dispuestos a aceptar y hablar la verdad siempre, aun cuando incomode u ofenda a los demás (Ga 4.16).
DESARROLLO DEL SERMÓN
La verdad se basa no en sentimientos sino en la realidad.
No obstante, toda falsedad inevitablemente distorsiona la verdad. Por consiguiente, ningún creyente podrá pretender ser honesto y veraz y al mismo tiempo decir mentiras o verdades a medias. Además, la honestidad no debe variar según las circunstancias externas, por lo que una persona que posee esa cualidad siempre habla la verdad aunque ante los demás aparentemente sea inconveniente o demasiado arriesgado.
Resultados benéficos de infundir la verdad en nuestra vida
Si la Biblia es nuestra fuente de verdad, tendremos la única base firme para la vida. Si deseamos conocer y creer lo mejor que se aplique a cada uno de nosotros en particular, debemos convencernos de que la verdad es nuestra única protección contra los peligros del engaño. Además, el hecho de conocer la verdad bíblica fortalece nuestras almas ante las dificultades de la vida y nos indica lo que debemos hacer en cualquier situación específica. Tal fundamento de la verdad nos ayuda a vivir conforme a la voluntad de Dios, pues nos concede:
La dirección certera para conocer lo que debemos hacer en cualquier situación, no importa de qué se trate.
La sabiduría para elegir el mejor camino que debemos tomar ante cualquier obstáculo con el cual tropecemos, por pequeño que parezca.
La fortaleza y habilidad necesarias, pues nos capacita debido a que puede llegar a ser parte fundamental de nuestro ser.
El valor necesario para motivarnos con el fin de hacer lo que Dios nos indique y cumplamos su propósito para nuestra vida en particular.
La serenidad que nos asegura que el Señor se encargará de hacer frente a todas las consecuencias que puedan surgir por una razón o por otra.
La fe suficiente e indispensable para ayudarnos a actuar de acuerdo con la verdad, sin la menor preocupación.
Cómo podemos infundir la verdad en nuestra vida
Examinar los errores o fracasos del pasado y de esa manera entender que por ningún motivo vale la pena ceder ante la falta de honestidad.
Aceptar la Biblia como el manual de instrucciones y la guía suprema para la práctica de la verdad en todo momento, sabiendo que tarde o temprano disfrutaremos de sus beneficios inagotables.
Decidir que hablaremos siempre la verdad debido a que observaremos cuidadosamente las consecuencias de nuestro esfuerzo.
Ser honestos con nosotros mismos si fracasamos en nuestros propósitos. Con el fin de corregirlos, es necesario reconocer nuestros errores y esforzarnos por descubrir su verdadero origen.
Pedir a Dios que acreciente constantemente nuestros deseos de ser veraces en cualquier situación y que no desmayemos en nuestros propósitos al respecto.
Esforzarnos por identificar cualquier flaqueza que surja con mayor frecuencia que las demás. Busquemos un pasaje bíblico alusivo al caso y repitámoslo constantemente confiando en que el Espíritu Santo nos ayudará a aplicar las verdades que encontremos en él y cuando más lo necesitemos.
Saturar nuestra mente de la Palabra de Dios convencidos de que nos fortalecerá, nos alentará y nos dará el valor necesario para aferrarnos a decir la verdad en todo momento.
Proponernos de todo corazón ser individuos cuyas palabras y acciones reflejen nuestro apego a la verdad. Esto resultará en que seamos dignos de confianza, sometidos con sumo gozo a los propósitos de nuestro Padre celestial, para honrarlo y glorificarlo.
REFLEXIÓN
¿Por qué es tan importante que la veracidad sea parte de nuestro carácter cristiano?
Cuando analizamos el sistema de creencias en el que está basado nuestra fe, ¿podemos afirmar que la verdad que predicamos está basada en lo que es real, o será que lo hemos edificado sobre nuestros sentimientos y emociones?
¿Qué lugar tiene la Biblia en nuestra vida? ¿La consideramos un libro más de estudio o creemos firmemente que es nuestra fuente de verdad?
Si nos detenemos a pensar en este tema, ¿cuáles son los beneficios que hemos recibido al infundir la verdad de Dios en nuestra vida?
¿Cuáles son los pasos que debemos dar, y qué es lo que debemos hacer para poder infundir la verdad de nuestro Padre celestial en nuestra vida y en la de aquellos que viven a nuestro alrededor?