Nuestro activo más valioso, después de la amistad con Dios, es nuestra relación con las personas que nos rodean. Descubra cómo elegir a sus amigos, los componentes básicos de la amistad y cómo reconstruir las amistades.
Bosquejo del Sermón
AMISTADES EN DIFICULTADES
PASAJE CLAVE: Proverbios 16.28
LECTURAS DE APOYO: Proverbios 13.20 | Proverbios 20.19 | Proverbios 22.24, 25 | Proverbios 24.21, 22 | Proverbios 28.7 | Proverbios 29.3
INTRODUCCIÓN
“Haga nuevas amistades, pero mantenga las que ya tenía; los primeros son plata, los últimos son oro”.
Este es un dicho conocido que declara el valor de las amistades. Un amigo es aquel que le ama, le sostiene cuando cae, conoce el lado más oscuro de su vida, le ayuda a ser cada día mejor, comparte con usted los momentos más importantes de su vida y le acompaña aun cuando los demás le abandonan. Esas amistades son un regalo que Dios nos da por su misericordia y merecen ser cultivadas y, de ser necesario, restauradas cuando se han dañado.
DESARROLLO DEL SERMÓN
Para evitar amistades problemáticas, debemos tener discernimiento para escoger con quiénes nos reunimos. La Biblia nos dice la clase de amigos que debemos evitar.
Amistades insensatas
- El chismoso. “El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el suelto de lengua” (Pr 20.19). Aquel que difama a otros, tarde o temprano hará lo mismo con nosotros.
- El iracundo. “No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras” (Pr 22.24, 25).
- El desleal e inconforme. “Teme a Jehová, hijo mío, y al rey; no te entremetas con los veleidosos; porque su quebrantamiento vendrá de repente; y el quebrantamiento de ambos, ¿quién lo comprende?” (Pr 24.21, 22). Aquellos que poseen un espíritu de rebeldía, en especial hacia las autoridades, tienden a ser inestables y prontos a enojarse.
- El indisciplinado. “El que guarda la ley es hijo prudente; más el que es compañero de glotones avergüenza a su padre” (Pr 28.7). Esto no solo se refiere a la comida, sino a cualquier deseo fuera de control.
- El inmoral. “El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; mas el que frecuenta rameras perderá los bienes” (Pr 29.3). Una persona inmoral es una mala influencia que puede arrastrarnos hacia el pecado.
- El necio. “El que anda con sabios, sabio será; más el que se junta con necios será quebrantado” (Pr 13.20). Un necio es aquel que rechaza a Dios.
Cómo cultivar amistades genuinas
Si deseamos que una relación se desarrolle y perdure, debemos cultivarlas con varios elementos.
- Tiempo. Ninguna amistad prospera si no invertimos tiempo en la vida de ese amigo.
- Conversación. Toda amistad tiene como cimiento una buena comunicación en ambas direcciones.
- Lágrimas y risas. Una amistad genuina y abierta requiere que compartamos tanto el gozo como el sufrimiento.
- Triunfos. Debemos estar dispuestos a compartir de manera recíproca nuestros éxitos, así como todo aquello que el Señor hace en nuestras vidas.
- Pruebas y tragedias. Las dificultades, dolores, adversidades, sufrimientos y decepciones son parte de la vida, y nos necesitamos el uno al otro para llevar esas cargas.
- Agradecimiento. Necesitamos expresar gratitud a nuestro amigo por su compañía y al Señor por bendecirnos con esa buena amistad.
- Consideración. Ser considerados requiere que pensemos en cómo podemos ayudar a la otra persona. Podemos expresar nuestro amor y preocupación de diversas maneras, dependiendo de la necesidad que tenga nuestro amigo.
- Tolerancia. Ser un amigo genuino requiere tolerancia. Necesitamos ser pacientes para poner a un lado los hábitos y actitudes que nos molesten de la otra persona.
- Cariño. Un toque piadoso puede expresar el amor, preocupación y cariño que tenemos por un amigo.
- Sinceridad. Para edificar una amistad duradera tenemos que ser sinceros en todo momento. En vez de intentar ocultar nuestras debilidades y defectos, debemos compartir con nuestro amigo nuestras luchas.
- Veracidad. Sin el cimiento de la verdad no podemos construir una amistad. Debemos ser sinceros con nosotros mismos y con los demás.
Comportamientos que dañan amistades
Tenga cuidado con esos comportamientos que dañan las amistades.
- Egoísmo. Enfocarnos siempre en nosotros mismos y en nuestras necesidades a la larga arruinará nuestras amistades.
- Manipulación. Nunca debemos usar o controlar a un amigo para nuestro beneficio.
- Celos. Si motivados por los celos, tratamos de limitar las amistades de la otra persona, dañaremos esa relación.
- Críticas. Si en todo momento estamos buscando fallas y defectos en nuestros amigos, los alejaremos. Además, la crítica nos causa dolor, pues no deseamos herir a nuestros amigos con reproches. Sí podemos mencionar los asuntos más importantes, pero pasar por alto los insignificantes.
- Un temperamento explosivo. Un enojo reprimido, que explota en ira puede causar daños irreparables.
- Codicia. Envidiar lo que otros tienen es lo opuesto a enfocarnos en lo que es mejor para ellos.
- Deslealtad. La infidelidad no solo es dolorosa y desalentadora, sino que también destruye amistades.
- Deshonestidad. Las mentiras destruyen la confianza. Si hemos sido deshonestos de cierta manera, debemos admitirlo y pedirle perdón a nuestro amigo.
- Ocupaciones. Si estamos demasiados ocupados para dedicar tiempo a nuestros amigos, esas relaciones pueden marchitarse.
Cómo sanar una relación
Si tiene una amistad valiosa que ha sido dañada, debe estar dispuesto a dar los pasos necesarios para restaurarla.
- Abordarlo. Exprese su deseo de sanar la relación.
- Determinar qué estuvo mal. ¿Cómo se dañó la amistad?
- Disculparse. Responsabilícese por lo que haya hecho.
- Evite culpar al otro y a defenderse. La meta es salvar la amistad, no demostrar quién está en lo correcto.
- Pregunte: ¿Qué puedo hacer para enmendarla? Esto le da oportunidad a la otra persona de ofrecer sugerencias.
- Comprometerse a cambiar. Prometa cambiar lo que sea necesario y cumpla con el compromiso.
Preguntas que debemos hacernos para salvar una amistad
- ¿Estoy proyectando en mi amigo una herida del pasado?
- ¿Tengo miedo de tener una relación cercana?
- ¿Tengo expectativas irreales de esta amistad?
- ¿Tengo miedo al rechazo debido a ciertas acciones de esta persona o a mi baja autoestima?
Podemos restaurar amistades que han sido dañadas si nos comprometemos a hacer las correcciones necesarias. Con la dirección del Señor, pregúntele a su amigo si ha visto un progreso en su vida y qué más puede hacer para mejorar.
REFLEXIÓN
- Reflexione en las advertencias que Dios nos da con relación a las amistades que debemos evitar. ¿Acaso tiene amigos que exhiben esas características? ¿De qué manera han influido en su carácter y decisiones?
- Para contar con un amigo fiel y cercano, usted también debe estar dispuesto a serlo. Lea la lista de requisitos necesarios para edificar una amistad genuina. ¿Cuáles de esas cualidades están en su vida? ¿Cuáles debe desarrollar o mejorar?
- ¿Tiene alguna amistad que ha sido dañada? ¿Cuál cree que ha sido la causa para que esa amistad se marchitara? ¿Qué puede hacer para sanarla?