Sigamos usando la oración de Pablo como modelo. Ayer tomamos nota de las dos primeras peticiones. Consideremos ahora las otras cuatro. En Colosenses 1, Pablo ora para que sus hermanos en Cristo:
LLEVEN FRUTO EN TODA BUENA OBRA (Col 1.10)—El Señor desea que nuestras acciones lo glorifiquen. Parece que todos estamos muy ocupados, pero la cantidad de trabajo no es lo que importa. Todo lo que hagamos debe tener valor eterno.
CREZCAN EN EL CONOCIMIENTO DE DIOS (Col 1.10)—La petición del apóstol no es solo que los creyentes conozcan hechos acerca de Cristo. Habla de una comprensión más profunda de corazón.
SEAN FORTALECIDOS CON TODO PODER (Col 1.11)—Tener paciencia y enfoque en medio de las pruebas de la vida requiere de la fuerza de Dios. La nuestra sola no es suficiente.
ANDEN EN GRATITUD (Col 1.12)—Cuando nos damos cuenta de dónde se originan todos los dones, vivimos con gratitud. El contentamiento y la alegría provienen de un corazón agradecido, no de nuestras circunstancias.
La vida es ajetreada, por lo que la oración suele quedar fuera de nuestra agenda. Debemos recordar siempre que elevar a nuestros seres queridos ante el trono de Dios es mucho más importante que cualquier otra tarea.
Biblia en un año: Jeremías 28-30
