Las cosas no siempre son lo que parecen. Ese es el tema de muchos libros de misterio y programas de televisión, pero también es una actitud sabia para la vida. Muchas personas toman decisiones basadas en sentimientos o juzgan situaciones por lo que parece ser ideal. Felizmente, Dios nos ha dado a cada creyente un espíritu de discernimiento para ayudarnos a determinar qué es lo mejor.
Piense en cuántas decisiones debemos tomar a diario. En un mundo ideal, cada decisión tendría una opción correcta y una incorrecta. Sin embargo, en la realidad, lo que parece correcto no siempre es lo mejor. Algunas cosas que no son ni incorrectas ni pecaminosas pueden estar fuera de la voluntad de Dios para nosotros.
La Biblia no contiene directrices específicas sobre cada posible situación. En cambio, están llenas de principios establecidos por medio de enseñanza directa o, a veces, a través de historias. A medida que maduramos en la fe, los principios bíblicos combinados con la guía del Espíritu Santo nos ayudan a tomar decisiones piadosas. (Véase 2 P 1.3).
La pregunta no es si cierta decisión parece buena, sino si es la voluntad de Dios para ese momento de nuestra vida. Un espíritu de discernimiento es esencial para vivir en su voluntad.
BIBLIA EN UN AÑO: ÉXODO 36-38
