Sin duda vemos la mano soberana del Señor obrando en la vida de Ester cuando fue sacada de la oscuridad y elegida para ser la reina de Persia. Era una mujer joven sin ninguna posición social alta ni poder. Sin la protección de su primo Mardoqueo, Ester era en realidad muy vulnerable. ¿Se imagina lo perturbada, confundida e insegura que debió haberse sentido mientras se desarrollaban los acontecimientos a su alrededor?
Nosotros también podemos sentirnos así. Los propósitos de Dios se están llevando a cabo tal como Él lo planeó, pero desde nuestra perspectiva terrenal las cosas a veces parecen confusas y poco claras. Por eso la historia de Ester es alentadora. Nos enseña a confiar en la voluntad de Dios. Después de todo, Él no nos salva y luego nos abandona a nuestra suerte. Por el contrario, dirige a cada uno de sus hijos en la tarea que ha dispuesto para ellos.
Comience a buscar la mano del Señor en su vida. Él está llevando a cabo su plan, a veces con codazos suaves, otras veces con interrupciones bruscas. No importa lo que suceda, no olvide que Dios está presente, mientras trabaja y dirige cada aspecto de nuestra vida. Usted jamás es insignificante a sus ojos. Es tan especial y amado que Dios Todopoderoso ha ideado un llamamiento único para usted.
Biblia en un año: 2 Crónicas 15-17