Una persona de convicción está segura de que sus valores son verdaderos. En contraste, muchas personas eligen creer algo basándose en condiciones y circunstancias. Y si esas situaciones cambian, también lo hacen las opiniones y la lealtad.
Veamos a dos hombres en la Biblia que se mantuvieron firmes en sus convicciones. A pesar de años de trato injusto, José nunca vaciló en sus principios. Como resultado, estuvo en el lugar correcto en el momento adecuado para asegurar la supervivencia de Israel (Gn 50.20). Daniel, otro hombre justo que vivía en una tierra idólatra, se ganó la confianza de reyes extranjeros por mantenerse firme en sus creencias (Dn 1.19, 20).
Como demuestran estos héroes de la fe, las convicciones resisten los cambiantes vientos de opinión y los argumentos persuasivos. Si estamos arraigados en la Palabra de Dios y confiamos en lo que Él ha dicho, podemos mantenernos firmes. La confianza nos da el valor para permanecer fuertes en medio de los conflictos.
En vez de seguir sus propias preferencias, elija vivir con convicciones piadosas y con los valores que la Biblia dice que son más importantes. Por medio de la oración y el estudio de la Palabra de Dios, el Padre celestial nos arraigará firmemente en convicciones bíblicas sólidas que resistirán las presiones de cualquier prueba.
BIBLIA EN UN AÑO: ÉXODO 10-12