Una de las expresiones más intensas del amor humano es el instinto protector que tienen los padres hacia sus hijos. Hay pocas cosas que la mayoría de las madres y los padres no harían por su hijo.
¿No le gustaría ser cuidado con esa clase de intensidad? Lo es. De hecho, el amor del Señor hacia usted es mucho más profundo y seguro que el de incluso el padre humano más cariñoso y atento. Y lo que Dios hizo por nosotros es prueba de ello. Romanos 5.8 dice que aun cuando vivíamos en desobediencia, envió a su único Hijo a morir en la cruz por nosotros.
Si aceptamos este regalo y decidimos seguir al Señor, Él nos justifica, nos hace justos y cambia nuestro destino final; en lugar de enfrentar la separación eterna de Él, disfrutaremos de su presencia por la eternidad. Además, el Dios Todopoderoso nos adopta como sus hijos para siempre. Nuestro Padre celestial nos guía, protege y orienta mientras transitamos por la vida, y nos promete que estamos a salvo en Él por siempre.
¡Qué increíble que el Creador del universo nos ame de esta manera! ¿Ha experimentado usted la seguridad y el gozo de su cuidado? La gratitud y la alabanza deben fluir de su corazón. Por su parte, ame profundamente a los demás en agradecimiento por el amor que ha recibido.
BIBLIA EN UN AÑO: NÚMEROS 14-16