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Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Llevar el evangelio al mundo

Algunos creyentes son llamados por Dios para ir lejos de casa, pero otros son llamados a ministrar justo donde se encuentran.

7 de marzo de 2022

Mateo 28.16-20

Cuando un maestro da una tarea, los estudiantes responsables se la toman en serio. Hacen lo que se requiere, se esfuerzan al máximo y terminan el trabajo a tiempo.

Antes de ascender al cielo, Cristo nos dio un mandamiento —una tarea, en realidad—, pero muchos cristianos no se toman en serio la tarea. Cristo dijo a sus seguidores que compartieran la buena noticia sobre la salvación y que hicieran discípulos a todas las naciones, enseñándoles a obedecer sus mandamientos. Algunos creyentes se dedican a esta labor, pero otros están demasiado ocupados o son demasiado tímidos para comprometerse de esta manera.

El alcance de esta tarea es mundial: a todas las naciones. Pero eso no significa que todos deban trasladarse a otro país. Algunos creyentes son llamados por Dios para ir lejos de casa, pero otros son llamados a ministrar justo donde se encuentran. El campo misionero está a nuestro alrededor: en nuestros hogares, lugares de trabajo, escuelas y vecindarios.

Como seguidores de Cristo, tenemos el Espíritu Santo habitando en nosotros, lo que significa que tenemos su poder para cumplir dicho mandato. Nosotros no podemos salvar a nadie, pero es nuestra responsabilidad hablarle a la gente del Dios que puede hacerlo. “¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?” (Ro 10.14)?

Biblia en un año: Josué 7-9

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