En Éfeso se desarrolló un ministerio tremendo. A pesar de la persecución, la iglesia plantada por Pablo se mantuvo, difundió el evangelio y no dudó en cuestionar a los falsos profetas. Pero treinta años después de la partida de Pablo, en el Apocalipsis de Juan hay una severa advertencia para esos creyentes.
Imagínese cómo deben haber golpeado a los miembros de la iglesia de Éfeso las palabras de Apocalipsis 2. Después de elogiar su servicio al evangelio, Cristo dijo: “Pero tengo contra ti...”. El Señor les advirtió que habían dejado su primer amor, y que su trabajo se estaba realizando con motivos equivocados. Cristo llamó a los efesios a recordar su amor por Él y su deleite en su salvación. Las cosas encomiables que hacemos cuentan poco, a menos que provengan de una vibrante conexión personal con Dios. Es probable que nuestro trabajo no sea efectivo ni fructífero a menos que el Señor esté en él. De hecho, Dios está más interesado en nuestra relación personal con Él que en cualquier otra cosa. Desea ser la satisfacción y el deleite de sus hijos para que nuestro servicio sea el resultado de una devoción amorosa.
El Señor se complace cuando nuestro servicio está motivado por el amor a Él. Pídale que le ayude a volver a su primer amor y a servirle con gozo y alegría (Sal 100.1, 2).
BIBLIA EN UN AÑO: JUECES 20-21