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Kauai, Hawái. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

La oración bíblica

El Señor Jesucristo nos dice que pidamos, busquemos y llamemos al orar.

12 de enero de 2025

Mateo 7.7-11

La oración tiene muchos beneficios. Por un lado, Dios se complace en dar, así que Él quiere que sus hijos hablemos con Él y le pidamos lo que está en nuestros corazones. También desea tener comunión con nosotros, lo cual sucede cuando pasamos tiempo a solas con Él. Y, por supuesto, el estar en comunión con Dios es una manera en la que descubrimos sabiduría para vivir, y encontramos “plenitud de gozo” en su presencia (Sal 16.11).

El privilegio de la oración les pertenece a todos los que tienen una relación con el Padre por medio de la fe en su Hijo (Jn 1.12). Dios también se ha comprometido a responder al pecador que pide perdón y recibe a Cristo como Señor y Salvador (Ro 10.9).

En el pasaje de hoy, el Señor usa tres verbos para describir la oración: pedir, buscar y llamar. Observe la progresión en intensidad desde una petición hasta una búsqueda y luego a la acción. La oración es más que darle a Dios una lista de deseos. Implica buscar su voluntad. Significa “tocar puertas” al explorar diferentes soluciones y pedir consejo piadoso. El Señor nos aseguró que recibiremos, encontraremos y Dios abrirá la puerta.

Orar es fácil, pero a veces nos resulta difícil. Pídale al Señor que le enseñe más sobre lo que sucede cuando habla con Él. ¡Ponga en práctica lo que aprenda y espere las respuestas!

BIBLIA EN UN AÑO: GÉNESIS 39-41

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