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Toscana, Italia. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

La necesidad de la amistad

Los creyentes debemos vivir en comunidad, dando y recibiendo de quienes nos rodean.

20 de julio de 2024

2 Timoteo 4.9-22

La independencia es un atributo apreciado en la cultura occidental, pero desde la perspectiva bíblica no es una aspiración digna. El simple hecho de que el Señor formara la Iglesia, una comunidad de creyentes, debería decirnos que no nos creó para vivir aislados.

Cuando ponemos nuestra fe en el Señor Jesús, el Espíritu Santo mora en nosotros para que podamos tener una relación con Él y una amistad placentera unos con otros. En el diseño de Dios, una amistad bíblica fiel edifica a ambas partes hacia la semejanza de Cristo. Una y otra vez encontramos en las Sagradas Escrituras evidencias de creyentes que dependen de un amigo íntimo o confidente para apoyo. En el pasaje de hoy, por ejemplo, Pablo habló de su dependencia de compañeros queridos. Y también animó a otros a formar relaciones piadosas.

Cuanto más nos alejamos del Señor, más dominante se vuelve nuestra actitud de autosuficiencia. Nos mostramos reacios a dar a los demás, lo que a su vez nos hace renuentes a recibir. En cambio, la Biblia nos dice que debemos amarnos unos a otros, llevar las cargas de nuestros hermanos y confesarles nuestros pecados (Jn 13.34; Ga 6.2; Stg 5.16). En otras palabras, debemos darnos a los demás y recibir de ellos. Así es como los miembros de la Iglesia pueden animarse mutuamente hacia la semejanza de Cristo.

Biblia en un año: CANTARES 1-4

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