Un testimonio es un relato de lo que una persona ha visto o experimentado. Para nosotros los cristianos, es una declaración de quién es Cristo y de lo que ha hecho en nuestra vida. La autenticidad de nuestro testimonio se evidencia de tres maneras.
1. EN EL CARÁCTER. Comenzando en el momento de la salvación, el Espíritu Santo comienza el proceso de conformarnos a la imagen de Cristo. Entonces nuestra mentalidad debe alinearse más y más con la Biblia. A medida que eso sucede, las actitudes pecaminosas serán reemplazadas por las piadosas, y nuestro cambio interno se manifestará externamente.
2. EN LA CONDUCTA. La manera en que actuamos debe confirmar quiénes somos en Cristo. Si obedecemos los mandatos de Dios solo de vez en cuando, pero lo ignoramos el resto del tiempo, nuestro testimonio será hipócrita.
3. EN LA CONVERSACIÓN. Hablamos de lo que llena nuestro corazón (Mt 12.34). Un corazón transformado debe rebosar de palabras amables y ser rápido para hablar a otros del Salvador, quien nos rescata del pecado y la condenación.
Cuando nuestro carácter, conducta y conversación corresponden con quienes somos en Cristo, tenemos un testimonio que anima a otros cristianos y atrae a los no creyentes al Salvador.
Biblia en un año: Ezequiel 40-42