El clamor sincero de David llena las páginas de los Salmos. A veces hace ruegos, pero muchas de sus conversaciones con Dios se centran en la grandeza, el amor, el poder y la protección del Padre. En otras palabras, las oraciones de David están llenas de adoración.
Considere estos ejemplos de salmos que se enfocan en los atributos de Dios:
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Sal 139.7). Dios está en todas partes. No está limitado por el tiempo ni el espacio; nunca estamos fuera de su cuidado.
“Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Sal 147.5). Dios lo sabe todo. Cuando oramos, ya Dios está al tanto de nuestros sentimientos y necesidades.
“Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia” (Sal 136.1). El carácter de Dios es constante. Dado que siempre será fiel, confiable y misericordioso, podemos confiar en Él sin importar la situación.
Al recordar algún atributo del Padre celestial que satisface la necesidad que tenemos, ponemos el enfoque de nuestras oraciones en Él en lugar de en la petición. Y entonces es más probable que oremos para que se haga su voluntad, y lo alabemos por quién es.
BIBLIA EN UN AÑO: ÉXODO 19-21