En su carta a la iglesia en Éfeso, Pablo escribió que Dios reunió “todas las cosas en Cristo” (Ef 1.10). Esto significa que, por medio del Señor, estamos siendo sanados. Su muerte y resurrección...
NOS LIBERÓ DEL PECADO. En nosotros habita el Espíritu de Dios y tenemos su poder para resistir la tentación y obedecer.
NOS UNIÓ A NUESTRO SALVADOR. Vivimos en Cristo y Él vive en nosotros siempre.
NOS HIZO PARTE DE SU FAMILIA. Dios es nuestro Padre celestial, y nosotros somos sus hijos.
NOS TRASLADÓ AL REINO DE LA LUZ. El mundo está gobernado por las tinieblas, pero quien llama “Salvador” al Señor Jesucristo vive en el reino de la luz (Col 1.12, 13). Somos ciudadanos del cielo.
NOS DIO UNA HERENCIA ETERNA. Ya hemos heredado las promesas que están en la Biblia, pero nos esperan más en el cielo (1 P 1.4).
DIO INICIO A NUESTRA SANTIFICACIÓN. Santificar significa “hacer santo”. Con nuestra cooperación, el Espíritu Santo nos transforma a la semejanza de Jesucristo.
Cuando la vida le fatigue, reflexione en todas las maneras en que Dios le está sanando. Él no se dará por vencido en su obra de redimirle, aunque usted a veces sienta ganas de rendirse.
Biblia en un año: Proverbios 13-15