El agotamiento es un subproducto de agendas sobrecargadas y responsabilidades interminables. Eso no es lo que nuestro Padre quiere para nosotros. Él ofrece un modo de vida radicalmente diferente y da a sus hijos fuerzas renovadas.
A quienes esperan en el Señor se les promete energía sobrenatural. De hecho, la Biblia dice que superarán la fuerza natural y la resistencia de los jóvenes (Is 40.29, 30). Contrario a lo que podríamos pensar, el acceso a este poder se logra no yendo más deprisa, sino yendo más despacio: tomándonos el tiempo para enfocarnos en Dios, buscar su dirección y pedir su fuerza para lograr lo que Él nos llama a hacer. No hay una explicación terrenal para lo que Dios está dispuesto y es capaz de lograr en y a través de un ser humano rendido. Su Espíritu Santo es como una ráfaga de viento poderosa y refrescante que nos permite remontar el vuelo como águilas (Sal 103.5).
La próxima vez que usted se encuentre al borde del agotamiento, tómese un tiempo para enfocarse en el Señor. ¿Está usted en sintonía con Él o se le ha adelantado? Alinee su ritmo con el suyo, tomándose el tiempo para descansar cuando Él quiera que lo haga, y reciba la energía que el Señor ofrece libremente a quienes andan con obediencia en su voluntad.
Biblia en un año: HECHOS 8-9