¿Qué tan a menudo nos evaluamos según nuestros sentimientos en vez de lo que Dios dice? El problema es que nuestros sentimientos cambian constantemente.
Tal vez hoy sea uno de esos días —el automóvil no arrancó, su jefe le ha estado presionando, el pago de la hipoteca está pendiente y el dinero escasea. Recuerde que Satanás hará todo lo posible para desviar su atención del Señor. Cuando dirigimos nuestro enfoque hacia las circunstancias en vez de hacerlo hacia Dios, podemos no darnos cuenta de lo que Él nos está diciendo.
Eche un vistazo a lo que la Biblia dice acerca del creyente. El pasaje de hoy nos llama “linaje escogido, real sacerdocio, [y]... pueblo adquirido por Dios”. Y nuestro propósito es “[anunciar] las virtudes de Aquel que [nos] llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
¡Qué alentador es saber que hemos sido llamados a la luz admirable de Dios! No obstante, sin la ayuda de Dios no podemos escapar de la oscuridad de nuestros problemas. Cuando las circunstancias le parezcan insoportables, recuerde que usted “[ha] sido [comprado] por precio” (1 Co 6.20). Despierte cada mañana sabiendo que es valioso para su Padre celestial. Confíe en su Palabra, no en sus sentimientos. Y permita que el Espíritu Santo cambie la percepción que tiene de usted mismo.
Biblia en un año: ISAÍAS 43-45