A veces, los cristianos ven la obediencia como una manera de evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. Cuando esto sucede, obedecer se convierte en una carga pesada. Pero Dios quiso que nuestra caminata de fe fuera una aventura emocionante, motivada por nuestro amor al Señor y nuestro deseo de agradarlo. La obediencia consiste en descubrir más y más de Dios.
Algunos pueden equiparar el hacer la voluntad de Dios con la palabra carga porque pueden estar involucradas decisiones de gran peso. Sin embargo, el Señor no nos da nada que no podamos manejar. Nuestra obediencia en los asuntos más pequeños de la vida nos prepara para los asuntos más grandes.
Cuando confiamos en la omnipotencia del Señor y actuamos según su impulso, la vida se vuelve apasionante (1 S 15.21, 22). Y no debemos tener miedo por dos razones. Primero, porque Dios ha prometido caminar con nosotros en medio de nuestros desafíos (He 13.5). Y segundo, porque Él ya sabe el bien que resultará cuando hagamos lo que nos pide. De hecho, después de dar un paso en obediencia, tendremos oportunidades para hacerlo de nuevo y experimentar más de su bondad.
Al comenzar el nuevo año, pregúntese: ¿Cuál es mi próximo paso de obediencia?
BIBLIA EN UN AÑO: APOCALIPSIS 13-17
