Cuando la adversidad nos golpea de repente y con fuerza, podemos sentirnos desanimados. Pero el propósito de Dios no es destruirnos, sino estimular nuestro crecimiento espiritual. Gracias a su gran sabiduría, el Señor sabe cómo tomar una situación y usarla para transformarnos a imagen de Cristo.
Cada adversidad ha sido filtrada a través de la voluntad permisiva de Dios. Eso no significa que la dificultad sea su voluntad, sino que Él permite la prueba para poder usarla y lograr sus buenos propósitos. Aunque parte del sufrimiento que vemos y experimentamos puede parecer horrible, tenemos una perspectiva muy limitada y no siempre podemos entender lo que Dios hace.
Nuestro Padre celestial ve todos los aspectos de la vida, pero nuestra visión es limitada. Los planes de Dios no solo lo incluyen a usted sino también a toda su creación, y abarcan desde el principio de los tiempos hasta la eternidad. Aunque nunca comprenderemos la mente de Dios, podemos conocer su fidelidad y su amor.
Cuando no pueda entender los caminos de Dios, enfóquese en la verdad de que Él tiene conocimiento, sabiduría y poder. Recuerde que Aquel que le ama más de lo que usted pueda imaginarse, tiene una visión completa de todo.
Biblia en un año: PROVERBIOS 29-31