La mayoría de la gente se sentiría honrada de liderar una nación. Quizás Josué también se sintió así. Pero no hay duda de que sabía que sería una tarea y responsabilidad abrumadora. Sin embargo, estaba decidido a obedecer a Dios sin importar nada.
El pueblo hebreo podía ser difícil. No solo se quejaron de la comida, del agua, de la seguridad y de las reglas; también cuestionaron el liderazgo de Moisés y se rebelaron contra Dios. Ahora Josué, un hombre al que una vez amenazaron con apedrear (Nm 14.10), estaba listo para guiarlos a su nuevo hogar. Era una tarea más allá de las capacidades humanas, sin duda.
Al final, no obstante, Josué asumió el manto del liderazgo con valentía, audacia y determinación. Puso su fe en el Señor, quien nunca había defraudado al pueblo. Josué confiaba en que Dios sería fiel a su palabra una vez más y los llevara a la tierra prometida.
No importa qué desafío esté usted enfrentando, Dios le permitirá enfrentarlo con valentía, calma y victoria. El valor de Josué se basaba en años de ver la fidelidad de Dios. Ya sea que haya sido cristiano por cinco minutos o 50 años, usted puede tener la misma confianza. La Biblia garantiza que el Señor es capaz de satisfacer nuestras necesidades y mantener nuestro espíritu seguro hasta el cielo.
Biblia en un año: JUAN 10-11