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Montañas de San Juan, Colorado. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El poder de la paciencia

Ser paciente significa aceptar lo que Dios decida dar (o no dar) y recibirlo con agrado en el tiempo que Él disponga.

3 de julio de 2024

Hebreos 6.9-15

Imagínese que se encuentra en fila por más de diez minutos para hacer un simple pago. Muchos nos sentiríamos frustrados; queremos resultados rápidos.

En realidad, todos luchamos con cierto grado de impaciencia desde que nacemos. Piense en un bebé con hambre. Su reacción natural es quejarse al primer indicio de malestar y seguir así hasta que satisfaga su necesidad. Nuestra naturaleza pecaminosa hace que esta sea una batalla continua que vale la pena librar.

En la Biblia, la palabra paciencia puede referirse tanto a la longanimidad como a la perseverancia. Se manifiesta cuando estamos dispuestos a esperar sin frustrarnos mientras sufrimos o experimentamos un ferviente deseo. Además, ser paciente significa aceptar lo que Dios decida dar (o no dar) y recibirlo con agrado en el tiempo de Él. Mientras tanto, debemos orar y obedecer al buscar su dirección. El peligro de la impaciencia es que podríamos perdernos del plan perfecto y la bendición del Señor. Pero al confiar en la voluntad y el tiempo de nuestro Padre celestial, conoceremos la paz interior.

Pregúntese si está tomando los asuntos en sus manos o si los está dejando en manos de Dios. Obedezca lo que dice el Salmo 37.7 NBLA: “Confía… en el Señor y espera en Él con paciencia”.

Biblia en un año: SALMO 119

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