Ayer vimos cómo Elías desafió audazmente a los profetas de Baal. El pasaje de hoy se centra en el rey Josafat, quien al enterarse de que se acercaba un ejército, buscó a Dios para obtener dirección y fortaleza, y luego llamó a la nación a hacer lo mismo. Esto nos ayuda a saber lo que se requiere para que la oración sea poderosa:
Dependencia de Dios. Sus peticiones mostraron una profunda confianza en el Señor. Sabiendo que la victoria estaba más allá de sus propias capacidades, pidieron a Dios que interviniera.
Enfoque en el plan de Dios. Elías hizo las cosas a la manera de Dios a pesar de las dificultades (1 R 19.1, 2). Josafat llamó a la nación a ayunar mientras buscaba el plan del Señor. Gracias a que buscaron una estrategia en Dios, ambos hombres tenían un objetivo claro que los guio en medio de las dificultades.
Pureza de intención. Los dos líderes tenían intenciones centradas en Dios y el objetivo de promover los propósitos de Él.
Confianza en la fidelidad de Dios. Nadie dudó en pedir públicamente la ayuda divina. Elías pidió a Dios que pusiera a prueba a los 450 profetas enemigos, y Josafat dijo a todo Israel que orara.
Si sus oraciones parecen estar teniendo poco impacto, pida al Señor que le ayude a seguir los ejemplos de Elías y Josafat, y esté listo para la respuesta.
Biblia en un año: HECHOS 12-13