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Granja Vioborossel, parque nacional de Vatnajokull, Islandia. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

El peligro de la conversación ociosa

Decida decir palabras que enaltezcan, edifiquen y sanen a quienes le rodean.

4 de marzo de 2025

Proverbios 12.13-22

Pídale a un grupo de personas que definan el chisme, y la mayoría dirá que es la propagación de rumores. Eso es verdad, pero no es toda la verdad. El chisme incluye también cualquier conversación que cause daño innecesario.

Por ejemplo, ¿alguna vez usted ha criticado la apariencia de una persona? ¿Ha opinado acerca del trabajo de alguien? ¿Ha hablado de la vida privada de los demás? Todos estos pueden ser ejemplos de chismes, palabras que causan daño y lastiman incluso cuando suenan inocentes. Y aquí hay algo más que considerar. ¿Sintió usted una advertencia en su espíritu mientras hablaba?

Los comentarios ociosos a menudo se expresan de una manera que no parecen chisme. Las personas enmascaran los chismes de varias maneras, como hablando en broma, ofreciendo detalles personales de otros “como ejemplo”, o compartiendo la información como una petición de oración. Por supuesto, no toda broma o ejemplo es chismorreo. Y el Cuerpo de Cristo está llamado a orar por quienes enfrentan tiempos difíciles. Por tanto, debemos saber distinguir entre la conversación inútil y la sabia.

Lo que importa es la motivación del corazón (Sal 19.14). Ore para que Dios le dé el deseo de hablar solo de asuntos que edifiquen (Ef 4.29).

BIBLIA EN UN AÑO: DEUTERONOMIO 33-34

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