El mensaje de la salvación es lo suficientemente sencillo como para que un niño lo entienda, pero tan profundo que ninguna mente humana puede llegar a comprenderlo por completo. Algo que muchas personas encuentran desconcertante es el concepto de morir con Cristo, una frase que proviene de Romanos 6.6. Allí Pablo escribe: “Nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo”, pero ¿qué significa eso con exactitud?
Por medio de la crucifixión del Señor Jesucristo, todo el pecado de la humanidad, incluso el de usted, fue clavado en la cruz y cancelado (Col 2.14). O, como dice Gálatas 5.24, “la carne con sus pasiones y deseos” ha muerto. Esto significa que la persona que usted era antes de la salvación fue crucificada con el Salvador, y nunca podrá volver a ser esa persona. Su viejo yo ha muerto, y la persona que es hoy es una nueva creación: un hijo de Dios, vestido con su justicia (Is 61.10).
Aunque nuestra victoria sobre el pecado no será total en este mundo, podemos estar seguros de que el Señor ha declarado a los creyentes santos, justos e irreprensibles. Pablo lo explica de esta manera: “Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Ro 6.11). Si usted ha creído en Jesucristo como su Salvador personal, avance hoy con confianza y paz en su nueva identidad.
Biblia en un año: 1 Crónicas 7-9