Una persona con convicciones se siente segura de que sus creencias son correctas. Sin embargo, a menudo lo que la gente cree se basa en condiciones o situaciones personales. Entonces, cuando las circunstancias cambian, sus convicciones también lo hacen. En otras palabras, no es raro encontrar a alguien que cambie de parecer en cuanto asuntos que requieren una resolución firme.
Compare este enfoque vacilante con la mentalidad de los devotos seguidores de Dios en la Biblia. A pesar de muchos años de trato injusto, José no vaciló en su compromiso con el Señor (Gn 39.1-9). Daniel fue un hombre justo que se ganó la confianza de reyes en una tierra idólatra, al mantenerse firme en sus creencias (Dn 6.8-28). Sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego también se negaron a renunciar a sus creencias a pesar de la amenaza de muerte. Como resultado, su determinación hizo que el rey reconociera al Señor como el único Dios verdadero (Dn 3.13-30).
Las convicciones de estos héroes bíblicos resistieron los vientos cambiantes de la opinión y los argumentos persuasivos. La confianza inquebrantable en Dios y en su Palabra es lo que fundamentaba sus creencias. Hoy más que nunca, necesitamos ser cristianos que nos mantengamos firmes contra las ideas que amenazan a la Iglesia.
Biblia en un año: Éxodo 28-30
