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Santa Cruz, Chile - Campo de hielo patagónico. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Construir un mensaje de vida

Nuestras vidas deben reflejar la luz de Cristo y atraer a otros hacia Él.

7 de marzo de 2025

Mateo 5.13-16

¿Qué comunica su vida? Cristo dijo que, para el mundo que nos observa, los creyentes debemos ser como la sal y la luz. Si añadimos sal a la sopa, el sabor mejora, y cuando alumbramos una habitación, la oscuridad huye. Nuestro carácter, conducta y conversación deben decirles a otros sobre la importancia de Dios, la necesidad del Señor Jesucristo y el poder del Espíritu Santo.

Para tener una vida significativa que glorifique al Señor, debemos comenzar por leer y estudiar la Biblia. A medida que meditamos en la Palabra de Dios, Él nos habla, escuchamos y aplicamos sus principios a nuestra vida diaria.

Una buena manera de aprender las lecciones de las Sagradas Escrituras es examinando las vidas de grandes santos como Abraham, Moisés, Daniel, Rut, David, Ester, María y Pablo. Sus historias tienen mucho que enseñarnos de cómo enfrentaron las dificultades, lo que descubrieron de sus errores y cómo interactuaban con Dios.

De estos relatos bíblicos, aprendemos que nuestro Padre celestial tiene un objetivo para nuestra vida. Desea conformarnos a la imagen de su Hijo. Al reconocerlo, podemos convertirnos en faros que guíen a otros hacia Cristo, como lo hizo el apóstol Pablo. “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Co 11.1).

BIBLIA EN UN AÑO: JOSUÉ 7-9

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