¿Qué distingue a un creyente de un no creyente? El Señor Jesús señaló que sus ovejas lo conocen, escuchan su voz y lo siguen. Son aquellas por las que murió para salvarlas, y cuando las llamó, respondieron con fe y arrepentimiento, recibiéndolo como su Señor y Pastor.
Pero escuchar la llamada de Cristo a la salvación es solo el comienzo de una vida de fe mientras Él dirige nuestros pasos. El Señor dijo a los que creían en Él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Jn 8.31). Es esencial que reconozcamos su voz y rechacemos todo lo que la contradiga.
La voz de Dios se escucha a través de las Sagradas Escrituras. Por eso es vital dedicar tiempo a escucharlo a través de su Palabra. A medida que llenamos nuestra mente con las verdades bíblicas, el Espíritu las utiliza para enseñarnos, reprendernos, corregirnos e instruirnos en justicia (2 Ti 3.16).
Cualquier cosa que usted escuche, compárela siempre con las Sagradas Escrituras para que pueda diferenciar entre la verdad de Dios y la lógica o las filosofías humanas. A medida que se familiarice con la voz de Cristo, prepárese para dejar de lado algunas de sus ideas preconcebidas, y así alinear su pensamiento con la Palabra de Dios.
Biblia en un año: Salmos 112-118