El hecho de que usted haya tomado la decisión de obedecer a Dios no significa que no dudará o cuestionará esa decisión. Entonces, ¿qué debe hacer cuando su fe flaquee?
Hágase preguntas en cuanto a Dios, tales como: ¿Ha prometido Dios suplir mis necesidades? ¿Ha enviado al Espíritu Santo a morar en mí, guiarme y equiparme? ¿Hay algo demasiado difícil para Él? Busque las respuestas en la Biblia y deje que llenen su mente.
Medite en la Palabra de Dios. Pídale al Señor que le ayude a encontrar versículos bíblicos que se relacionen con lo que esté enfrentando (2 Ti 3.14-17). Después, estudie el pasaje y aplique lo que enseña a su vida.
Recuerde la fidelidad del Señor en el pasado. Dios es fiel y siempre actúa conforme a su naturaleza, por eso el enemigo quiere que olvidemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros.
Evalúe la situación. Pregúntese: ¿Qué tan crucial es esta decisión y a quién podría afectar?
Elija confiar en el Señor. Tome la decisión de creerle a Dios y obedecerlo, sin importar cómo se sienta.
Al dar un paso de fe, Dios le fortalecerá por medio de su Espíritu y le permitirá seguir adelante. Antes de que se dé cuenta, su fe se volverá firme, el gozo volverá y seguirá adelante de nuevo.
Biblia en un año: EZEQUIEL 17-19