Saltar al contenido principal
Valle de la Catedral en el Parque Nacional Capitol Reef, Torrey, Utah. Fotografía por Charles F. Stanley.
Meditación diaria

Un amor poderoso

Aun cuando nuestro instinto es ayudar a quienes amamos, el curso más sabio a seguir es confiar en Dios y obedecer su dirección.

21 de febrero de 2025

Lucas 15.11-32

Cuando leemos sobre el hijo pródigo, solemos enfocarnos en el amor maravilloso de Dios, demostrado por el padre del joven. Nos deleitamos al saber que Dios nos trata de la misma manera cuando nos alejamos de Él. Pero hoy, veamos lo que la parábola nos enseña sobre cómo debemos amar a los demás.

  • Dejar ir. El padre tenía todo el derecho de rechazar la insensata petición de su hijo menor, pero comprendió que el joven ya había abandonado en su corazón el hogar. Puede haber ocasiones en las que lo más amoroso que podamos hacer sea también lo más difícil: dejar ir a un ser querido. Cuando tratamos de controlar el resultado, en realidad podemos estar interponiéndonos en el camino de Dios.

  • Esperar. Una vez que dejamos ir, debemos esperar pacientemente a que Dios haga su obra en la vida de esa persona. ¿Notó usted que el padre no fue a buscar a su hijo? Eligió confiar en Dios en lugar de tratar de arreglar la situación y evitar las consecuencias del imprudente comportamiento del pródigo.

Para actuar así, debemos confiar en los buenos planes del Señor (Sal 56.3, 4). Él ama a la persona más de lo que podemos imaginar, y entiende la mejor manera de llegar a ella. Nuestra tarea es estar atentos y orar hasta que Dios la traiga a casa.

BIBLIA EN UN AÑO: DEUTERONOMIO 1-2

Otros devocionles


Ver todas las meditaciones diarias